Conversando con Harold Alvarado Tenorio (III parte)

– Colombia tiene una tradición de panfletistas, desde Antonio Nariño, Sergio Arboleda, Vargas Vila, Antonio José Restrepo, Fernando González, Gonzalo Arango o Fernando Vallejo, dedicados a combatir políticamente…Su caso parece enfocarse a lo que usted llama “combinación de todas las formas de lucha contra el erario público”… 
– Bueno, diría que sí, que me he dedicado a combatir aquellos que usan del dinero público para darse lustre, para pasarla bomba, con el cuento de que son poetas, grandes narradores, y en verdad son grandes avivatos. He querido combatir esa deformación que nos ha dejado la corrupción del Frente Nacional y el poder demoledor de las conciencias que tiene el narcotráfico, que en Colombia ha derrumbado no solo a las FARC sino al Poder Judicial y a todo el mundo. Si supiera Usted lo que fue el auge de la industria editorial colombiana en los años setentas y ochentas, cuando surgieron los grandes imperios editoriales que hoy hacen su agosto en España, si se hubiese leído ese libro perseguido y acorralado que escribió Félix Marín en Madrid y que se titula Dineros del narcotráfico en la prensa española [ http://elpais.com/diario/1991/10/03/sociedad/686444411_850215.html ] Con decirle que se cree que la Editorial Oveja Negra, imprimió unos 108 millones de libros, 2100 títulos, entre 1969 y 1994, hasta cuando GGM decidió no volver a vender sus libros en Colombia porque su propio editor lo pirateaba…Colombia está copada de Festivales de Poesía y Ferias del Libro financiadas casi todas con dinero público que solo sirven a los gestores de esos eventos, la poesía en Colombia es un adorno más de la pasarela…. 
– También has criticado los premios que han recibido en Venezuela William Ospina y Jotamario Arbeláez, hay quienes dicen que son cosas de la envidia… 
– En Colombia hay quienes dicen que esos premios no son Rómulo Gallegos ni Valera Mora sino Catire Hernández, porque fue este poeta de todos los gobiernos venezolanos, tanto adecos, copeyanos como chavistas, quien los gestionó, dicen, que para gloria de sus faltriqueras… Hernández es un comerciante que ha hecho muchos negocios en Colombia y ha gestionado grandes eventos de mucho dinero, como las fiestas que celebraron las bodas de Belisario Betancur y Dalita Navarro en los meses finales [2000] de la administración del alcalde bogotano Enrique Peñalosa, cuando en su honor se invitaron medio centenar de escritores a quienes pagaron cinco mil dólares por cabeza más el hospedaje en la Residencias Tequendama por una semana con chofer y limosina diaria…Un libro lujosísimo impreso por los socios de Hernández en Bogotá en Arte Dos Grafico da testimonio del descomunal despilfarro…Fue en esa misma empresa publicitaria donde se planeó y distribuyeron los gananciales de los premios Catire para los colombianos….La fiesta de bodas de Betancur y Dalita, preparada por el Catire Hernández contó con la presencia de garotas brasileñas, bailarines panameños, españoles y bolivianos, folcloristas cubanos y de escritores como Tomás Eloy Martínez, Álvaro Mutis, Thiago de Melo, Gonzalo Rojas, Enrique Adoum, Juan Luis Panero, Carlos Monsivais, Sergio Ramírez y Antonio Cisneros…Hoy Dalita Navarro es una de las enemigas más beligerantes contra Hugo Chaves…así el Catire Hernandez sea uno de sus amigos del alma… 

Proverbios 

No hables. 
Mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren. 
Confía sólo en los niños y los animales 
y de los ancianos aprende el miedo de haber vivido demasiado. 
A tus contemporáneos pregunta sólo cosas prácticas 
y comparte con ellos tus fracasos, tus enfermedades, 
tus angustias, pero nunca tus éxitos. 
De tus hermanos ama el que está lejos 
y teme al que vive cerca. 
A tus padres nunca preguntes por su pasado 
ni trates de aclarar con ellos tu niñez y juventud. 
Con tu patrón no hables, escríbele y nunca le cuentes 
tus planes futuros y miéntele respecto a tu pasado. 
Con tus colegas habla del clima, el aumento de salario 
y elogia con vigor sus faltas. 
Ama a tu mujer hasta donde ella lo permita 
y si llegas a tener hijos, piensa que, 
como en los juegos de azar, 
podrás ganar o perder. 
El destino no existe. 
Eres tú tu destino. 
Y si llegas a la vejez da gracias al cielo por haber vivido largo tiempo, 
pero implora con resignación por tu pronta muerte. 
Los que no tenemos dinero ni poder valemos menos 
que un caballo, un perro, un pájaro o una luna llena. 
Los que no tenemos dinero ni poder siempre hemos callado 
para poder vivir largos años. 
Los que no tenemos dinero ni poder 
llegados a los cuarenta 
debemos vivir en silencio 
en absoluta soledad. 
Así lo entendieron los antiguos, 
así lo certifica el presente. 
Quien no pudo cambiar su país antes de cumplir la cuarta década 
está condenado a pagar su cobardía por el resto de sus días. 
Los héroes siempre murieron jóvenes. 
No te cuentes, entonces, entre ellos. 
y termina tus días 
haciendo el cínico papel de un hombre sabio. 
Harold Alvarado T. 
New York, 1985 
Papel Literario de El Nacional

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