Jesús Arenas
Ayer vi los colores del llanto,
Que en tu soledad derramabas;
Caían sobre tu vestido blanco,
De espumas agitadas.
Quise recogerlas para besarlas
Con ternura.
Mis párpados contagiados solo
Atinaron a contener las mías.
Y en el cauce del rio de tu pena
Admiré la calidez de tu hermosura.
Cálidos ruiseñores húmedos,
Acompañaban tu tristeza;
Y como en la breve solidaridad de las especies,
Mi cuerpo también se ahogó
En tu noche oscura.
Convertido en cada una de tus lágrimas,
Me perdí en ellas;
Atrapado quedé en cada gota
Prendida entre tus ojos.
Hoy tu pesar se hizo mío,
Me pertenece por el devoto amor
Que te profeso.
Velaré tu silencio, para que cuando tu dolor vuelva
El agua, aún viva en tu mejilla, muera.
