Soldados
Al periodista Rómeo Langlois
Armando Orozco T. (Colombia)
El soldado oye silbar las balas a treinta centímetros
El guerrillero a diez ve cómo la metralla que cae del cielo parte
el tronco de un árbol antiguo
Ambos se esconden sienten miedo
pero el soldado se burlan con chistes de la muerte
El guerrillero en ese instante carece de humor
casi nunca lo tienen
El soldado imita a los héroes de las películas norteamericanas
cree que como ellos va a morir en el cine
El guerrillero sabe que en su aldea nunca hubo
quien arreglara el viejo proyector oxidado
El soldado se ríe de la muerte
pero la muerte no se da cuenta de sus bromas
sino de la risa de su calavera
colgada como medalla sujeta a su pecho
El guerrillero no se burla no tiene tiempo sólo corre
para ver si algún día llega a alguna parte
con su uniforme sin agujeros
El soldado sale sin brazos ni piernas
en helicóptero hacia el cielo
a los brazos de dios y los del presidente
que lo espera con sus generales de trajes almidonados
El guerrillero llega en chalupa
a donde su comandante
que lo recibe dentro de la trinchera de una fosa.