Entrevista con Jaime Moreno García, autor de Temis night club

Temis night club, novela que nos introduce en el proceso corrupto de la justicia

Por: Jorge Consuegra

Temis night club

Es ficción y la manida frase de que el parecido es “pura coincidencia” es verdad. Es verdad la coincidencia, porque el entramado de las cuatro o cinco historias de esta novela, narrada por un exmagistrado del Consejo de Estado, nos enrumba inmediatamente a los titulares que a diario la prensa informa a los colombianos la desgracia de tener una justicia desbarajustada y a punto de desintegración con los desmanes de sus actores.
Hace 22 años Moreno ha insistido en los temas judiciales, con una narrativa de cronista y novelista. Algunos de sus títulos nos lo confirman: Tras la baranda, Un regalito para el juez, Justicia divina, Sombras y luces del 900, nos advierten con ironía y humor, las dramáticas transgresiones que se cometen en el país con la justicia a la que acuden los colombianos y que terminan enredados en sus añagazas.
-¿Por qué el nombre de su novela?
-Es un bar fundado por altos heliotropos disipados de la justicia, donde ponen a prueba sus liviandades y sus delitos. En esta cueva de rolando convergen todas las ignominias, las violaciones y los abusos de quienes detentan el poder judicial, en perjuicio de los empleados y los mismos usuarios de la rama judicial. No sé si en la vida real existe un antro como ese, pero con ello significo que los magistrados que venden los repartos de expedientes, las decisiones judiciales, los nombramientos y los beneficios laborales, así como los viajes en cruceros para pagar favores, la compra de tierras ilegales despojadas a los desplazados, en fin, todo lo que sale a diario a la luz pública, pareciera que fuera el producto de los dislates delincuenciales de los deshonrosos personajes.
-¿Qué historias contiene la novela?
-Empieza con un asesinato en un barrio del bajo mundo, en los que termina involucrado un notificador de un juzgado. El proceso de su detención, la preparación de su indagatoria o interrogatorio desde la cárcel y el engaño a la justicia para desviar sus decisiones, así como las torticeras intervenciones de un tinterillo que no utiliza el derecho sino el trafico dinerario de influencias, conducen la historia a la más dramáticas actitudes y a hechos inventados que terminan decidiendo temas contrarios a la justicia. Contiene la novela relaciones non sanctas de dirigentes gremiales con grupos al margen de la ley. Pero hay un drama de amor homosexual y bisexual de dos jueces, cuyas pasiones afloran sus más bajos instintos.
-¿A qué épocas corresponden las historias?
– Los años ochentas, los asesinatos de jueces por el narcotráfico y toda la estela de acontecimientos violentos de los que la rama judicial no ha sido extraña.
-¿Sus historias tienen el sello ineludible de la ironía y el humor, hasta el punto que muchos lectores consideran que sus obras son tragicomedias?
– La literatura y el arte tienen como fundamento principal el entretenimiento el que muchas veces produce tristeza y preocupación. No hago ninguna denuncia concreta ni tampoco ofrezco soluciones o moralejas. El lector sacará las suyas. Ojalá estas historias se conocieran, pues no pertenezco a roscas literarias, ni a pequeños cartelitos de la literatura colombiana. Gracias a Ediciones Aurora que cree en los escritores que no tenemos acceso a las editoriales grandes, a las que los medios les reseñan sus libros a cambio de propaganda, a los monopolistas de las estadísticas sobre ventas de libros.
-¿Otras obras suyas?
Memorias de la hija del boticario; Alguien anda detrás del presidente; Sombras y luces del 900; Un regalito para el juez; Justicia divina.

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