Tras las huellas de los paras de Yarumal
(Entrevista con Olga Behar. Parte II)
Por: Santiago Cruz Hoyos
El por qué
Olga vuelve a ponerse de pie. Ahora busca entre su maletín de docente de periodismo unas hojas arrugadas. Son cinco y hacían parte de ‘El clan de los doce apóstoles’, pero fueron eliminadas de la primera edición del libro para mantener su precio: $39. 900. Las hojas están tituladas ¿Por qué? Es un prólogo, una explicación al lector de cómo nació la obra. Olga Behar lo lee en voz alta.
El resumen de esa lectura es más o menos así: Behar, por asuntos familiares, conocía superficialmente al mayor retirado de la Policía Juan Carlos Meneses, quien había sido comandante de la Policía en Yarumal en los años 90. Incluso, una vez había compartido un almuerzo campestre con él. Y había un detalle que no entendía: ¿por qué si era un Mayor de prestigio, condecorado, optó por pedir el retiro de la institución cuando estaba a punto de convertirse en Coronel? El olfato de la periodista se estaba alertando.
Un amigo de Behar que perteneció a la Policía le confesó que él también pensaba que había algo raro. Le aseguró que escuchó rumores que contaban que Meneses había estado involucrado en hechos sucedidos en los años 90 relacionados con la muerte de unos civiles en Yarumal y que ese proceso judicial “volvió a despertarse”. También le contó que el Mayor ya había estado preso por ese asunto.
Olga supo además de un expediente abierto contra Meneses por sospechas de su participación en acciones de grupos paramilitares. Sigue leyendo el prólogo inédito.
“Ese hombre bueno, de conversación amena, que demostraba devoción por sus pequeños hijos, ese policía ejemplar, ¿era un paraco? No podía creerlo y empecé a preguntarme ¿por qué?… hasta que una noche vi su rostro y escuché su voz en televisión. Allí, en Noticias Uno, el segmento televisivo colombiano de mayor credibilidad, estaban su cara pulida, su pelo perfectamente recortado, sus ojos expresivos, su boca, que despachaba palabras que surgían a borbotones por entre sus dientes perfectos; allí empezaron a aparecer las respuestas. Quedé paralizada: que los Doce Apóstoles, que Santiago Uribe el hermano del Presidente, que el muerto acá, que el asesinado allá… un paraco más. Y yo había estado sentada frente a él, viendo sus manos cómplices acariciando la cabeza de su niño”.
(El Mayor Juan Carlos Meneses fue quien denunció públicamente a Santiago Uribe Vélez como cabeza del grupo paramilitar ‘Los doce apóstoles’).
“Las reacciones del país a sus revelaciones fueron de todo tipo. Con un pie fuera de la Casa de Nariño, el Presidente Uribe y sus allegados desmintieron y acusaron al Mayor Meneses. Narcotraficante, asesino, de allí no lo bajaron. Desempolvaron expedientes, llamaron idiotas útiles al admirado Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, (bajo cuyo abrigo Meneses hizo las denuncias en Buenos Aires), y al periodista del prestigioso Diario Página Doce, que lo entrevistó. Pero había piezas de ese rompecabezas que no calzaban. No es el típico paramilitar, pensé. Habría que buscarlo, pero no sabía muy bien cómo. Será que la telepatía existe. Pocas semanas después, recibí una llamada. El Mayor Meneses quería encontrarse conmigo. Quería contar su historia. Quería contarle al país la verdadera historia de ‘Los doce apóstoles’, que tanto terror sembraron en Antioquia, cuando Álvaro Uribe Vélez era el gobernador de ese departamento”.
Olga suelta las hojas. Enseguida cuenta que frente al televisor, mientras escuchaba a Meneses denunciando, se estaba dando cuenta de que tenía una historia poderosa por contar, un capítulo de la historia del paramilitarismo en Colombia que, explicándolo, daría pistas para entender el fenómeno ‘para’ en toda su complejidad.
Pensó entonces en el libro. En uno que no fuera sólo el testimonio de Meneses acusando a Santiago Uribe Vélez. No. Eso sería lo de siempre: la voz de uno, contra la voz del otro. El libro sería el testimonio de Meneses, sí, y un trabajo de investigación exhaustivo que comprobara que todo lo que decía era cierto. O no.