Bogotá. El novelista Gustavo Álvarez Gardeazábal escribió sobre El desencantado de la eternidad de Alfonso Carvajal: “Resulta increíble que ese libro de San Pacho no haya tenido eco en su momento y ahora que está de moda porque aclara a muchos el verdadero sentido de la proporción de la fiesta que se volvió de la Unesco. Por supuesto no es una novela ni con lógica ni con trama ni con suspenso, como las tradicionales, es un acumulado de poesía sacada a borbotones de las calles de Prato di Firenze o de algún recodo de Verona y chilla, chilla pero chilla en Quibdó. Las gentes de allá no la reconocen como de allá y los de afuera, que hemos ido varias veces a Quibdó, no creemos que Quibdó dé para tanto. Pero tiene sabor a platillo medieval y las novelas con gracias se dejan leer y se saborean”.