La Arena de Verona

Por: Piedad Granados/ Corresponsal de Libros y Letras en Italia.
Si alguien me pregunta cómo ha sido mi relación con la ópera y cómo reciben mis
oídos el sonido de la lírica, lamentablemente tengo que decir que esos términos
tan exquisitos no han logrado asentarse del todo en el listado de mi archivo de
conocimientos. 
El interés y la curiosidad por entrar en ese maravilloso y
para mí, desconocido mundo de la lírica, se despertaron justo cuando Europa me
abrió sus puertas. Este viejo continente donde se respira arte, música y
cultura.
Precisamente por esta época, verano en el continente europeo,
la más grande exposición musical  del
género lírico se vive en la romántica ciudad de Romeo y Julieta, Italia, en La Arena de Verona,  una antigua edificación sin más techo que el
mismo cielo y con una impresionante acústica. 
Acomodarse sin importar la locación dentro de semejante lugar que acoge
hasta a 30 mil personas, obliga a digerir cada nota musical como el bocado más
exquisito.
El primer concierto “areniano” tuvo lugar el 10 de Agosto de
1913, cuando se celebraba el  centenario
del natalicio de Giuseppe Verdi y se abrió el telón con “Aida”, ópera de su
autoría que se convirtió en título favorito por ser la más aclamada y la más
presentada. De hecho Giuseppe Verdi 
desde el inicio es el autor príncipe sobre el escenario no solo por el
significado épico e histórico de sus composiciones, sino por la posibilidad de
poner en escena otras no menos famosas como La Traviata, Otello y
Rigoletto.
Dice Nina Zenatello, hija del 
tenor y empresario Giovanni Zenatello, que un día su padre en la
búsqueda de un escenario para  realizar
un espectáculo lírico de gran magnitud encontró en el anfiteatro romano
conocido como “La Arena”,  el espacio ideal para que la ópera se
entrelazara con las estrellas en las noches del verano italiano.  Sus deseos fueron concedidos como si una
iluminación divina hubiera tomado posesión de él.
Cien años han pasado desde entonces y noventa temporadas ha
vivido el festival que solo se ha visto interrumpido durante las dos guerras
mundiales. Este 2013, por ser el año del centenario, sus  organizadores han sacado todos los ases bajo
la manga con 58 presentaciones, 6 títulos de ópera y 4 noches de gala.  
Si bien los aplausos van y vienen en cada puesta en escena,
esta muestra clásica siempre tiene 
anécdotas para escribir en su diario histórico. Así como personajes de
la talla de Franz Kafka se han confundido entre los espectadores para vivir la
magia de la lírica; este año una par de ciudadanos europeos centenarios fueron
los invitados especiales por haber nacido el mismo año del festival. Sin duda
han visto realizados sus sueños al subir 
al escenario como los más ilustres artistas de la lírica.
Otro ritual que se convirtió en tradición por parte de los
asistentes, es el de encender pequeños velones antes de iniciar cada
presentación. Esta costumbre que nació en la Arena y se vio exportada a todos los espectáculos
nocturnos que se realizan al aire libre, puede traducirse como el símbolo que
ilumina la continuidad del espectáculo.
El festival “All’Arena di Verona” como se conoce en lengua
italiana, claramente es un  semillero
de  artistas que ha visto nacer a un gran
número de estrellas como María Callas quien debutó el  2 de Agosto de 1947 y desde ahí comenzó a
enamorar con su voz a los amantes de la lírica. Con el tiempo, artistas de
todos los rincones del mundo han aportado su talento musical al afamado evento
que justamente este año destaca una gran participación de voces y talentos
musicales de toda Latinoamérica.
Con este espectáculo, el más grande del mundo en su género,
estoy  logrando nadar en las espesas  aguas del océano lírico. Seguramente el
próximo 8 de Septiembre cuando el romance entre Romeo y Julieta suba al
escenario y cierre el telón de este festival, las sonoras notas de la ópera ya
tendrán un espacio en el disco duro de mi intelecto.

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