Poema
Por: Jesus Arenas
¿Qué hice? ¿Qué hago ahora? Dijo Dios angustiado
Mi sueño parecía demasiado profano. Miré el reloj.
Una especie de duma le respondió que ordenara la
Rebelión de la naturaleza. Que desintegrara las montañas
Vaciara los volcanes, desbordara las aguas,
Prohibiera el vuelo a las aves, castigara a los hombres con
Una nueva conciencia y condenara sus pecados.
¡Cámbialo todo! Utiliza tu sapiencia cuántica, hazlo antes
De la muerte de los días; ¿acaso tu verbo está cansado?
Llévanos a tu savia original, dale al beso su esencia porque
Hoy es solo una mueca torpe y cínica, repetición del beso
Que dieron a tu hijo celestial, hoy nada es, han muerto
Las espigas, ¡resucítalas! Y dale nueva luz a las estrellas, pinta el
Cielo de un nuevo color, devuelve al indio su sonido gutural de
Canto en su boca llena de coca y hierbas curativas.
Si te derrotan se caerán las paredes de nuestras casas, morirán
Los diversos dioses, se extinguirán los libros y sus autores.
El musgo de las piedras se convertirá en fuego y sangre
Vuelve con tu nombre propio, dignifica otra vez en el nombre
Tuyo para que no continúes siendo un ser desconocido.
Derroca los imperios que azotan la virtud y la esperanza, la desigualdad
Que impera en las altas cofradías y desprecia a tus humildes.
La biblia no se cumple, es ahora un adorno colocado en las bibliotecas
Lujosas de las mansiones aristócratas repletas de vanidades;
Calla la boca de los regodientos injustos. La tierra era para todos.