- “En 1956 Onetti viajó a Bolivia, invitado por el gobierno de ese país, junto con otros tres periodistas uruguayos. Un día que, con sus compañeros, había salido de La Paz, encontraron a un campesino que los detuvo en medio de la carretera. El hombre estaba borracho. Armado de un fusil, comenzó a amenazarlos, apuntándolos. “No los mates”, le lloraba su mujer, prendidaza él. Finalmente el hombre disparó y las esquirlas del proyectil, que dio en el cristal del auto, hirieron a uno de los periodistas. Onetti recordaría siempre este episodio, en el que vio la muerte cerca, como un presagio de futuras desgracias” (Vargas Llosa).