Cazadores
Carlos N. Carbone
a Marcos Silber
El camarógrafo se acerca al león
es encantador ver el entusiasmo por su toma
cada vez más cerca de su presa.
El poeta se acerca al poema
es encantador ver el entusiasmo por sus palabras
cada vez más cerca de su presa.
El camarógrafo sigue al león.
El poeta sigue al poema.
El león merodea y de reojo mira
su presa.
El poema merodea y de reojo siente
el calor de su presa.
El camarógrafo se queda sin aliento
cuando el león avanza sobre él.
El poeta se queda sin aliento
cuando el poema entra en él.
El león salta sobre el camarógrafo.
El poema salta sobre el poeta.
El camarógrafo huye.
El poeta no.