mensajes que tocan a mi puerta a las 3 am
y sin pedir permiso ingresan a colmar mis sabanas
de olor a whisky y sexo sin excusa alguna.
Porque me escondo de los recuerdos de ojos grandes,
volver al pasado es inculpar un lastre imaginario
que termina pesando más de lo tangible
y no es adecuado como vestido de domingo al parque.
Porque escapo de conversaciones coloreadas de santidad,
nada para el ser humano lleno de complejidad abstracta
debe convertirse en un dogma de fe inmutable
que prohíba tomar café caliente cuando hace sol.
Porque esquivo los sentimientos que de niño no me llamaban;
toma mi mano y bebe conmigo un rato más,
deja que mi cuerpo se erice en todas partes mientras estamos,
no cuelgues la llamada y bórrame de la lista del día de hoy
que una vez más te miro a los ojos y aún no me veo en ellos.