El rincón del poeta

Ya no
        A Minu
        Amilcar Bernal
Se cerraron las puertas de algunos lugares
donde íbamos juntos.
                                 No queda,
de nosotros,
ni el canto ni el eco del grito que fuimos,
no yace –otros van por el mutuo sendero-
tu huella en mi paso.
                                Afuera,
                                           en la calle
quienes vieron tu luz en mis ojos
son sombras que llueven de árboles muertos,
relámpagos ciegos. Nos vamos vistiendo
de rostros oscuros. Son nuestros tesoros:
la vieja obstinación de la ceniza, el miedo,
el catecismo del desamor, la soledad,
el tedio.
Lo que fuimos
se agrieta, cruje, busca el suelo y pierde
su esencia gota a gota. En el espejo
del tiempo quedan hilos donde toco
tu piel
de aquellos días.

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