Mauricio Contreras
He aquí que algunos morían
sin vislumbrar el camino de regreso
otros yacían a nuestro lado clamando que la verdad
había sido el riesgo
entretanto
los que aún no
todavía
bebíamos luz agria
y hablábamos sin palabras con nuestros pasos
lentos pasos
con nuestra sombra
exigua sombra
la partida es lo único que sabemos
uno tiene su mata de ñame
la huida es lo único que tenemos
uno tiene
su
puño
de
arroz
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