Pequeña alegría
Cabeza de buey que se asoma por la ventana es la alegría,
una imaginada desde antes de nacer,
tierna y un poco díscola,
ramita ofrendando al tiempo la luz.
Un aleteo sumergido en días de calor la atraviesa y la hace llegar, falta
de aire,
al umbral de la casa donde nos recibirán con agua que no da sed después.
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