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Jorge Osorio
Recorro silencios, de aguas dormidas, tenue,
Como el aleteo de una mariposa cansada.
Y Es que sigo queriendo un mundo;
Otro
África se desgrana en cayucos hambrientos, que navegan miserias
Cuyo destino final, es la esclavitud o la muerte;
El perimido látigo esclavista, apenas camuflado, detrás de dólares y euros, se oculta en la trastienda del viejo continente,
Vagan, como fantasmas penitentes, de piel oscura,
En busca de un futuro, que en el mejor de los casos, será de pobreza, y cuya descendencia no dejara de ser inmigrante.
En este mundo.
Yo quiero otro.
América, en cambio, (la otra, la que no habla ingles)
Ensaya por enésima vez la resistencia, en medio de una corrupción sembrada adrede, como una herramienta más,
En el marco del método de dominación vigente.
Y yo quiero un mundo; otro
Mientras la fusta económica lacera a los pueblos,
El pan y el circo, esgrimido por los medios de comunicación masivos, ofician de zanahoria delante del asno, mienten la realidad, la acomodan, la tergiversan a conciencia y conveniencia, asesorados por cientos de sicólogos, sociólogos, publicistas;
Que definen el marketing a seguir, para que continúe, reinando el consumo global, y es que en definitiva de eso se trata, como origen y fin, del sistema como tal. Del consumo de supuestos bienes e hipotéticos servicios, cuya vigencia esta dada por la rentabilidad.
Y cuya necesidad carece de importancia. La mortandad en términos endémicos como así también globales, es considerada en el mejor de los casos, como apenas un daño colateral, del siglo XXI.
Mientras que yo, sigo queriendo un mundo; otro
El ser humano, es visto por el imperio como así también por sus múltiples empresas subsidiarias, a lo sumo como objeto consumidor.
Desligado del ser y su esencia, es lo que el sistema le dicta, y lo que otrora fueran aspiraciones personales ya no lo son, han sido tergiversadas en base a la publicidad, ya que mas tienen que ver con un logo y una marca de objetos a poseer, que con cualquier otra cosa.
¿Dije acaso que quiero un mundo? Otro.
Recorro silencios, de aguas dormidas, tenue,
Como aleteo de una mariposa cansada.
Y es que sigo queriendo un mundo. En este.