No. 6.150, Bogotá, Lunes 3 de Septiembre del 2012
El libro ideas es el que me estremece, el que me enseña, el que me pone a pensar.
Diomedes Ortiga
Nancy Valero
El compañero ideal es el que comparte nuestros sueños y acepta nuestras carencias
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)
A veces no es necesario tener el título de maestro para poder enseñar. Un verdadero maestro es el que sin recibir nada a cambio te da los mejores abrazos y más exactas de las enseñanzas; un verdadero maestro está siempre dispuesto a compartir en silencio una copa de vino contigo; el maestro enseña en silencio y siempre con la mano en el pecho y en el alma.
Y así es Nancy Valero, una maravillosa mujer que pudo un día sentarse a hablar con Dios y le dijo que allí, en medio de una profunda tristeza, quería compartir sus angustias y Él le habló y le dijo tantas, pero tantas cosas, que su vida cambió.
Estuve al borde de un angustioso abismo, pero justo en el momento en que quiso decir “¡Adiós!”, esa maravillosa mano invisible le dijo “¡No! ¡Aún no es tiempo!”.
– ¿Cómo define la vida?
– Como una maravillosa oportunidad.
– ¿La vida es algo complicado?
– No, solo es una maestra exigente.
– ¿Cómo sortear los días que nos quitan la paz?
– Con la tranquilidad de saber que después de la oscuridad viene la luz.
– ¿Cuál o cuáles han sido sus días difíciles?
– Muchos y en diversas épocas, pero a la vez han sido grandiosos por lo que me han aportado en sabiduría.
– ¿Cómo logró salir adelante?
– Conciente de que la fuerza de Dios nos habita y en mi es grandiosa…
– ¿Un verdadero amigo existe?
– Claro que si.
– ¿Qué es el compañero ideal?
– El que comparte nuestros sueños y acepta nuestras carencias.
– ¿Hay mujeres de éxito que los hombres opacan?
– Es imposible opacar una mujer de éxito.
– ¿Por qué hay hombres que no reconocen que las mujeres los superan?
– No se trata de reconocer cual es el mejor, sino de aprovechar la magia de la diferencia.
– ¿Cuál ha sido el mayor logro de su vida?
– Sigue siendo, poder levantarme todos los días dando gracias a Dios por mi vida y mi voluntad.
– ¿A quién o a quiénes siempre lleva en el alma?
– A todos mis maestros visibles e invisibles.
– ¿Cómo divide el tiempo entre usted misma, su marido, sus hijos, sus amigos y su trabajo?
– Es una tarea nada fácil, pero con una agenda organizada y priorizada casi siempre lo logro.