Por: Armando Orozco T./ Alegría del Pío. El
bueno de José, metió con “La araña negra”, otro gol olímpico, en el Fondo de
Cultura Económica de México, de Bogotá.
bueno de José, metió con “La araña negra”, otro gol olímpico, en el Fondo de
Cultura Económica de México, de Bogotá.
Durante dos horas le dieron biblioteca por
cárcel: esa obra de arte garcíanarquiana de Salmona, una escultura con forma de
edificio.
cárcel: esa obra de arte garcíanarquiana de Salmona, una escultura con forma de
edificio.
Allí leyó sin prisa pero sin pausa, como
nadie lo hace, sus versos de antología, escritos desde la infancia iluminado
por Alfonso Reyes.
nadie lo hace, sus versos de antología, escritos desde la infancia iluminado
por Alfonso Reyes.
Estaban lelos como escuchando a un faunus de patas de chivo y cuernos:
pararrayos celestes, sus amigos…Y por qué no sus enemigos, escondidos detrás de
los volúmenes de malos versos.
pararrayos celestes, sus amigos…Y por qué no sus enemigos, escondidos detrás de
los volúmenes de malos versos.
Pero José Luis, salió volando de aquel Laberinto como otro que huye del
Minotauro, con alas de Pegaso. Y nadie lo alcanzó en sus alturas, superando las
rocas con su vuelo.
Minotauro, con alas de Pegaso. Y nadie lo alcanzó en sus alturas, superando las
rocas con su vuelo.
Desde la pared lo observaban los letrados y
las cámaras, donde quedó en cinta
envidiado por la preñez de los
siglos.
las cámaras, donde quedó en cinta
envidiado por la preñez de los
siglos.
Su nuevo libro del Fondo, donde han publicado
los grandes, desde antes de nacer, fue otro gol de la araña lírica a los
dioses.
los grandes, desde antes de nacer, fue otro gol de la araña lírica a los
dioses.
¡Bravo José Luis!: Gritaron en coro desde el
Olimpo…
Olimpo…