Estamos ante una novela de misterio ambientada geográficamente en uno de los lugares que albergó una etapa misteriosa de la vida de Agatha Christie, a quien la autora rinde homenaje con guiños constantes a lo largo de la narración.
La invitación de la araña (Huso Editorial, 2018) adentra a sus lectores en la red que se va tejiendo alrededor de Ángela, su protagonista. Un inocente intercambio de casas en vacaciones, entre una profesora universitaria afincada en Madrid y un exfarmacéutico con residencia en Farncombe (Inglaterra), desatará una misteriosa intriga que Ángela tratará de desenmarañar a lo largo de las páginas de esta novela.
A medida que se acerca al final de este misterio, Ángela va revelando claves de su pasado que condicionan su carácter y, sin que ella lo perciba, la enredan más y más en la tela de araña que amenaza con atraparla («Ocultar, ocultar. Toda la vida ocultando pensamientos, ocultando actos, ocultándome de otros y de mí misma».).
En el prólogo la escritora Aida Sandoval afirma que “Si nuestra admirada y audaz Agatha Christie pudiese leer esta obra, sin duda alguna aceptaría el guiño que le brinda Mercedes de Diego y se enfrascaría en sus páginas, con el propósito de resolver el misterio que nos va atrapando, sin ser apenas conscientes de ello”.
Mercedes de Diego rinde su tributo al género negro metiéndose en la piel de la protagonista, para guiar al lector, desde la primera persona, a la realidad de una mujer que se siente sola, quizás un poco atascada en su propia telaraña de edad, construida a base de días monótonos que estoicamente se ha impuesto para protegerse de lo que pueda escapar a su control.
Escritora y personaje, fieles seguidoras de la novela de intriga, se meten en el papel de investigadora en cuanto pisa tierras del sudeste de Inglaterra, dejándose llevar por el escenario de un pueblo bucólico, de sus gentes que parecen personajes recién salidos de una clásica historia de género negro.