La muerte de Félix Grande

Por: Ramiro Lagos, especial para Libros
y Letras
. Recientemente murió en España, el conocido poeta español, Félix
Grande, nacido en Mérida, Extremadura, en 1937. Había ganado  el Premio
Casa De Las Américas, de Cuba, en 1967  por  su libro  Blanca Spirituals.  Fue un
poeta nerudiano, vallejiano, miguelhernandiano, abanderado en su vanguardia, de
la poesía social. Tuve la oportunidad de conocerlo en el Instituto de Cultura
Hispánica como Director de Cuadernos
Hispanoamericanos
. Otra vez en La
Casa
de América de Madrid, lo aplaudí en un recital en el que
se presentó con las  trazas de un “descamisado” para dar pruebas de su
espíritu revolucionario.  Vate de la izquierda lírica en la época
insurgente de los años 60, quiso tomarse la voz y la palabra a la manera de
Blas de Otero “amando, amando, amando, por hacerle justicia a los demás”.
Como poeta vallejiano recorre todos los ecos del vate peruano, con tal
poder asimilador de creación, que haciendo literatura de literatura, logra
salvar su propia personalidad como poeta de mayorías populares, atrincherado en
el realismo social de la poesía comprometida. Su tendencia social entroncada
con su preocupación existencial son dos constantes tremendistas de su poemario
“Música amenazada”. Sólo cito un título de sus varias obras, pero me afianzo en
el punto coincidencial de su mensaje poético con el del  poeta colombiano
Jorge Zalamea. Es que en su Blanca
Spirituals
, su voz se agiganta con cierta violencia de juglar rebelde
frente a una imaginaria muchedumbre. Como el colombiano Zalamea, desde las
escalinatas del poder, convoca a la gran audiencia, para sumar voces a su voz,
y lanzar el rotundo manifiesto concienciando con la problemática social y
humana de su moderna contemporaneidad. Félix Grande es en definitiva, un poeta,
eco de su nombre, Grande, que se asomó a una América mestiza en pié de marcha
libertaria.

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