Por: Cindy Roa del Blog https://sinolegustanolea.wordpress.com
(Crítica) / Londres, verano de 1889
Buen comienzo, ¿verdad? Londres es y siempre será una ciudad deliciosa para la literatura, y en el caso del género de misterio, encuentra en sus calles y en las orillas del Támesis un escenario perfecto para una buena historia.
La vida para la joven Anna Kronberg no ha sido muy fácil. De hecho, muy pocos la conocen por ese nombre: de día, al que se ve andar por las calles de uno de los barrios más humildes y peligrosos de Londres es al doctor Anton Kronberg, un reconocido profesor, médico e investigador, aclamado por muchos, envidiado por otros. De día médico y de noche mujer, Anna intenta mantener a toda costa el secreto de su verdadera identidad, pues en una época como la suya en que a las mujeres no se les permite estudiar al mismo nivel de los hombres y mucho menos ejercer una profesión tan importante como la medicina, si alguien descubriera su secreto, posiblemente las consecuencias serían fatales.
La historia detrás de “La sonrisa del diablo” comienza cuando en medio de su ejercicio como epidemiólogo y bacteriólogo, Anna/Anton recibe un llamado de emergencia para realizar una autopsia a un cadáver que encontraron en uno de los canales de la ciudad. Dicho cadáver tiene ropas ajenas, y presenta los síntomas de la temida enfermedad del cólera, ¿cómo pudo llegar hasta las corrientes internas de la ciudad? ¿se trata de algo más que una muerte por dicha enfermedad?
A la escena de tan curioso hallazgo no solo ha de llegar Kronberg a cumplir su deber, sino también el detective más famoso de todos los tiempos, Sherlock Holmes.
Para el señor Holmes, el misterio del cadáver flotando en las aguas londinenses es solo el primero de muchos acertijos por resolver, porque como buen observador y amante de las preguntas que es, el famoso detective se enfrentará a un enigma aún mayor: ¿quién se esconde realmente detrás del cabello corto, las manos pequeñas y la perspicacia del doctor que ha llegado a realizar la autopsia a la escena del crimen?
Tras descubrir el secreto de Anna, Holmes decide buscar el apoyo de la talentosa joven para ir más al fondo de su investigación, porque si las pistas e indicios son correctos, el caso al que se enfrentan los protagonistas irá mucho más allá de lo que hubieran podido imaginar, y ninguno de los dos contará con que sus sentimientos se interpongan en la investigación.
Sí, Annelie Wendeberg se ha valido de un personaje importantísimo de la historia literaria para presentarnos lo que bien podríamos llamar “su propia versión de los hechos”, pues en esta ocasión, el misterio a resolver se mostrará desde la perspectiva de Anna y no de Sherlock, algo que literariamente hablando es una apuesta válida y muy interesante, sobre todo por el desafío que supuso para la autora el crear a un personaje con tenacidad y carácter, alguien que pudiera en cierta manera seguirle el ritmo a un ícono como Holmes, desafío que, a mi parecer, ha logrado cumplir bastante bien, pues a lo largo de la novela veremos el debate interno de Anna por querer cuidar su secreto llevada por el amor a su profesión, a la vez que intenta cumplir con sus deberes de hija y novia. Anna sufre por ocultar su condición de mujer, su cuerpo le pide a gritos que lo deje respirar, que se libere de las fajas con que oculta sus curvas así sea por unas pocas horas, pero ni siquiera en los momentos de mayor debilidad Anna se permite revelarle su secreto a quienes la rodean, y solo el astuto Holmes logra ver en ella lo que nadie más ve.
Otro de los aspectos que atraparán a quien lea “La sonrisa del diablo” es que desde su prefacio la autora invita al lector a meterse en la cabeza de la protagonista, nos dice que lo que vamos a leer a continuación es “la transcripción de los diarios de una gran mujer del siglo XIX que encontró olvidados en un rincón de su nueva casa”, proponiéndonos así un juego literario muy inteligente de su parte, pues desde el inicio mismo hay un tono de misterio, de curiosidad, ¿qué puede haber en esos diarios?, y lo que es aún más valioso, usa el recurso de los diarios para darle credibilidad y fuerza verídica a su historia.
No, en “La sonrisa del diablo” no encontrarán frases particularmente emotivas de esas que dan ganas de anotar en alguna parte o compartir a manera de estado en Facebook, pero sí un ambiente diferente, de enfermedad, de suspenso, de tensión. El futuro de la Inglaterra victoriana está en más peligro que nunca, y tal vez, solo tal vez, en esta ocasión la clave de todo recaiga en la joven Anna y no en Holmes o en Watson.
Mi invitación es a que le den una oportunidad a esta novela, que tiene además un formato muy práctico para leer, con una portada llamativa , muy pertinente para la historia que contiene, y un ritmo narrativo que hace que una vez hayan comenzado, no quieran, ni puedan parar.