Un chat con…Evelio Rosero

Tomado de Elespectador.com. Fue uno de los escritores más exitosos en la pasada Feria del Libro, sobre todo entre quienes querían conocer a quien ha tratado de desmitificar la figura del Libertador en su novela La carroza de Bolívar. Evelio Rosero cuenta con gracia que en el colegio duró un buen 
– ¿Cómo fueron sus primeras letras? 
– Las de las vocales, en el colegio San Pedro Claver de Fontibón, aunque para disgusto de la maestra duré un buen tiempo escribiendo un 3 en lugar de una E. 
– ¿Escribió primero en el colegio o fue luego, cuando adulto? 
– En el colegio, en la primaria. Después de terminar de leer Robinson Crusoe me dio por inventar mi propio náufrago. Nunca me sentí más feliz. 
– ¿Cuáles fueron sus primeras lecturas? 
– De la infancia el Robinson, todo Verne, la Enciclopedia de la Fábula, los cuentos del Tesoro de la Juventud, y por fin el Quijote, que me hizo llorar. De la adolescencia Homero, Kafka y los escritores rusos del XIX. 
– ¿Ha leído más a los colombianos que los internacionales? 
– No hago esas distinciones. He leído escritores. 
– ¿Cuáles son los escritores colombianos que siempre ha leído? 
– García Márquez, sobre todo Crónica de una muerte anunciada y El coronel no tiene quién le escriba. He releído varias veces La vorágine, Chambú y María. 
– ¿Cree que la literatura colombiana se estanca por épocas? 
– No lo creo. Sigue su camino y los paisajes son distintos. 
– ¿Cuál ha sido la mejor época de la literatura colombiana? 
– Esta. 
– ¿A qué escritores extranjeros siempre recurre? 
– A los rusos del XIX. 
– ¿Se fija en la lista de “Los más vendidos”? 
– Nunca. Sólo me fijo en los libros que me recomiendan otros libros o los amigos. 
– ¿Poco le gusta leer los ‘best-sellers’? 
– He leído uno que otro, pero nunca me remecieron. Son más un invento de las editoriales. 
– ¿A quién le muestra los manuscritos antes de publicarlos? 
– A mi mujer. 
– ¿Se sorprendió con el premio para Los ejércitos
– Sí y no. No me lo esperaba, pero sabía que había trabajado como nunca en esa novela. 
– ¿Cuántos ejércitos de lectores tuvo? 
– No los he contado. 
– ¿A cuántos carnavales de Blancos y Negros ha asistido? 
– He asistido a los de mi infancia en Pasto, del año 66 al 69. Cuatro en total. Esos son los que convoco en La carroza de Bolívar. 
– ¿Sería malo decir “Carnaval de Blancos y Afrodescendientes”? 
– Ni a los negros les gustaría. 
– ¿Por qué quiso desmitificar a Bolívar? 
– Nunca fue mi propósito desmitificar a Bolívar. Presento una reflexión acerca de nuestro pasado. Que el lector decida sus desmitificaciones. 
– ¿Lo han criticado los bolivarianos? 
– No sé. No oigo. No leo. 
– ¿Cree que están felices los santanderistas? 
– ¿Por qué habrían de estarlo? Tampoco los elogio a ellos. 
– ¿Sería bueno quitar a Bolívar de su plaza en Bogotá y poner… a quién? 
– Antonio Nariño.

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