Chantaje emocional

Autora: Susan Forward (Grijalbo). Sabemos que tenemos que modificar la situación y, reiteradamente, nos prometemos que lo haremos, sólo para encontrarnos, una y otra vez, burlados y manipulados, como que hemos caído de nuevo en una trampa. Comenzamos a dudar de nuestra capacidad de mantener la promesa que nos hacemos, y perdemos la confianza en nuestra eficiencia. Nuestra autoestima se va erosionando. Junto con nuestra integridad, perdemos la brújula interior que nos ayuda a determinar cuáles deberían ser nuestros valores y nuestra conducta. Cuando convivimos con él, el chantaje emocional nos carcome y se expande hasta dañar en lo más hondo la relación en sí, y nuestra propia autoestima. ¿Porqué ciertas personas nos hacen sentir que vivimos perdiendo la partida, que no tuvimos oportunidad de expresar nuestra posición, ni de defender nuestros intereses? Tenemos la sensación, de que, una vez más, nos ganaron. Sabemos que nos sentimos frustrados y resentidos, y que hemos renunciado a nuestro deseo por satisfacer a otra persona. 
¿Porqué hay gente que tiene la virtud de superarnos emocionalmente, haciéndonos sentir totalmente derrotados? Las personas con quienes nos enfrentamos en estos casos no son otra cosa que hábiles manipuladores. Nos brindan su afecto y su estima cuando se les da lo que ellos piden, pero terminan amenazándonos para lograr lo que quieren, o haciéndonos sentir terriblemente culpables cuando no hacemos su voluntad. A pesar de conducirnos en forma exitosa y eficiente en otros aspectos de nuestras vidas, frente a esas personas nos sentimos abrumados e impotentes. Nos manejan como si fuéramos títeres. Estas actitudes irritantes figuran entre las causas más comunes de fricciones en una relación y sin embargo, rara vez son identificadas o entendidas. A menudo, estos casos de manipulación se disimulan bajo el rótulo de “fallas en la comunicación”.

Deja un comentario