Renacimiento
María Isabel García M.
A Francisco Tapia Vidal
En noches de tormenta
las centellas
trepidaban abrasando
la mirada.
Nos ovillábamos
en el regazo del abuelo.
Él jugaba
a las oraciones
apaciguando su rugido.
Un sueño tierno
se aposentaba
en nuestras camas.
Al regreso del día
el abuelo rielaba la mañana.
Placentera estancia
en el eje de abril
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revistalibrosyletras@gmail.com y pedimos el favor que estos no sean tan
extensos; máximo 30 versos.
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