Entrevista, John F. Torres

«La
lectura impuesta es en gran medida culpable de que nuestros niños no lean
mucho», John F. Torres

Por: Banco de la República/Bogotá. El
escritor bogotano John Fitzgerald Torres Sanmiguel es el ganador del VI Premio
de Literatura Infantil Barco de Vapor – Biblioteca Luis Ángel Arango, que
entregó el Banco de la República y la Fundación SM el pasado 4 de
Septiembre. Por favor, ¡no leas este libro!, la obra ganadora, fue
calificada por el jurado como «una novela divertida que invita a la
lectura y reflexiona sobre el acto lector como un reto que vale la pena
enfrentar. Un aporte, sin duda, a la literatura infantil colombiana”. En
esta entrevista, el autor habla de su libro, de su relación con la poesía y de
su experiencia como niño lector.  
-Hasta ahora su
obra anterior estuvo casi por completo dedicada a la poesía ¿Cómo llegó a
escribir un libro para niños?
-JFTS. En realidad inicié escribiendo
narrativa, pero por razones circunstanciales la abandoné durante algunos años.
Cuando era joven, a los quince años, en 1980, recibí el primer premio
latinoamericano de cuento juvenil Andrés Bello que auspiciaba el gobierno
chileno. Creo que este concurso desapareció posteriormente, pero desde esa
época ya estaba escribiendo narrativa. Luego recibí algunos premios
departamentales en ese género y en 1995 una beca de creación del entonces
Colcultura para escribir un libro titulado Cuentos
Patrios
. Claro que a esas alturas ya me había encontrado en la universidad
con varios amigos poetas con los que iniciamos una revista e hicimos nuestras
primeras publicaciones en este género. Es decir, en mi adolescencia abordé
tanto la narrativa como la poesía simultáneamente. Sin embargo, posteriormente,
cuando me dedico a la labor docente en varias universidades, la poesía ocupó
con más fuerza mi interés, y durante ese lapso de casi veinte años, publiqué
siete libros de poesía y fundé junto con los poetas Rafael del Castillo y
Armando Rodríguez el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, que hoy va por
su vigésima primera versión (aunque me desvinculé de su organización hace una
década). Hace un par de años, decidí alejarme un tanto de la academia y
entregarme a otras labores que me permitieron contar con más tiempo y concentración
para dedicarme a la narrativa de nuevo. Con un hijo preadolescente de 14 y una
hija pequeña de 9, que salieron excelentes lectores (gracias especialmente a su
madre), y a quienes en un momento quise empezar a contarles algo cercano, el
camino se fue aclarando y mi interés se definió por la literatura infantil y
juvenil. Luego supe del premio Barco de Vapor y decidí participar con alguno de
los relatos escritos. 
-¿De qué se trata «Por favor, ¡no
leas este libro!»
?
JFTS. El libro aborda el problema de la lectura impuesta “a la fuerza”
en los colegios, una situación a la que la gran mayoría de nosotros estuvo
alguna vez sometido y que lamentablemente sigue estando presente en nuestra
dinámica escolar. Una situación que se convierte particularmente odiosa y
tortuosa cuando es infligida en las épocas de descanso o de receso. Pocas cosas
son peores que tener que leer un libro impuesto, uno cuyo título ni siquiera
despierta tu interés, justo cuando prefieres estar con tus amigos montando
bicicleta, o mirando tele, o compitiendo videojuegos, o simplemente haciendo
nada… Ese fenómeno de la lectura impositiva es en gran medida culpable de que
nuestros niños no lean mucho, o de que abandonen el hábito de la lectura que
alguna vez tuvieron o que les nacía naturalmente.
-¿Cómo surgió la
historia? ¿Alguien la inspiró?
JFTS. La historia surge precisamente de comprobar que el asunto de los
libros de “obligatoria lectura” sigue existiendo en nuestro sistema educativo,
algo contrario a una idea en la que siempre he insistido, incluso en los
escenarios de la educación superior y en los talleres de lecto escritura, que
es la de concebir la lectura misma como una forma de expresión, como un
verdadero acto de creación y de libertad, tanto como la escritura. Y claro, no
hay que mirar demasiado lejos para encontrar un niño atribulado a reventar
porque a última hora no leyó el libro que le pedían en el cole, y porque el
desastre mundial se materializará el lunes en el “control” de lectura. 
Pero claro que hay que ser
justos y decir que la situación ha venido cambiando favorablemente gracias al
empeño de las editoriales, las bibliotecas, los docentes, los promotores de
lectura, las instituciones, los padres y por supuesto, los autores.
-¿Cuánto tiempo le
tomo escribirla?
JFTS. El borrador inicial de “Por favor, no leas este libro”,
me tomó unos dos meses pero la reelaboré durante otro par de meses más. La
escribí evocando mi propia zozobra de niño y la que eventualmente observaba en
mis hijos, así como acudiendo a ciertos “métodos ilícitos” de lectura a los que
recurren los muchachos en los colegios y universidades.
-¿Qué diferencias o
similitudes encontró entre escribir este libro y escribir poesía?
JFTS. Bueno, me parece a mí que escribir poesía tiene una enorme
cercanía con el hecho de escribir para niños y jóvenes, puesto que en ambos
casos como autor tú intentas una mirada inédita, insospechada, a veces
espontánea pero siempre llena de extrañeza y asombro, sobre las cosas que te
rodean, sobre lo que te sucede, sobre tu vida. El poeta, como el niño, se
acerca a sí mismo y a su entorno con la mirada nueva, abierta a la sorpresa, a
la maravilla o a la estupefacción. Y luego echa mano de las palabras que tiene,
del arsenal lingüístico que tiene a mano, para expresarlo. El poeta suele ejercer
la síntesis para comunicar una complejidad que no entiende del todo y sobre la
que quiere echar alguna luz, y otro tanto hace un niño, en las pocas palabras
que a veces le escuchamos, hay una inmensidad muy compleja buscando expresión.
Por tanto, escribir poesía o
escribir intentando que un niño te comprenda a las claras, o buscando hacerlo
desde su perspectiva, son dos asuntos que vienen a estar muy cercanos.
Entrevista completa: http://bit.ly/1fRMjIv 

Deja un comentario