Por: Libros y Letras
Fermina representa a Colombia en tres eventos organizados por PilsenFest y el BeisMan; la Fundación Ciencia y Espiritualidad; y la Feria del Libro Latino en el estado de Ohio.
La poeta bogotana es autora del poemario Al desnudo, con el que se dio a conocer y le permitió conquistar a los amantes de este género literario. Su enorme talento volvió a quedar en evidencia con su segunda obra, esta vez acudiendo a resaltar lo más íntimo de lo femenino camuflado en una referencia mítica del romance Mar de (L)una.
La obra poética de Fermina ha sido bien recibida por la crítica destacada por poetas como Juan Gustavo Cobo Borda y José Luis Díaz-Granados y por el periodista Juan Gossaín, entre otros intelectuales.
Actividades de Fermina Ponce:
PilsenFest (Chicago)
Este fin de semana estará en el «PilsenFest» 18 y 19 de agosto, acompañada por grandes autores latinoamericanos como Juana Goergen (Puerto Rico), Carolina Herrera (México), Fernando Olszanski (Argentina), Johanny Vásquez Paz (Puerto Rico), Jorge Hernández (México), entre otros.
Este festival tiene una relevancia enorme, pues en este momento político tan convulsionado, el festival tiene como propósito celebrar y cobijar la diversidad, solidaridad y unidad.
III Expo-Congreso Hispano Ciencia y Espiritualidad (Chicago)
A través de la fundación sin ánimo de lucro Ciencia y Espiritualidad dirigida por Nancy Pulecio Vélez, compositora, autora y periodista; el 02 de septiembre dictará la conferencia «Yo soy la posibilidad», la cual a partir del arte japonesa del Kintsugi explicará la importancia de crear nuevas posibilidades teniendo en cuenta el talento natural de los niños. La primera vez que realizaron esta conferencia fue a través de «Spanish Public Radio» desde la sede de la UNAM en Chicago y fue transmitida en el ICBF.
Feria del Libro Latino en Ohio
El 23 de septiembre participará en la Feria del libro latino en Ohio con sus dos poemarios, Al desnudo y Mar de (L)una. Junto a la novelista mexicana Carolina Herrera, autora de #MujerQuePiensa, hablará sobre «La literatura de mujeres» como parte de la agenda del evento.
-Con la publicación de sus dos poemarios, ¿cómo ha sido su evolución narrativa?
La poesía pareciera una bella y delicada pieza de cerámica japonesa que todos adoran pero nadie sabe qué hacer con ella
Mi poesía tiene un común denominador, ciertamente, la sensualidad y la absoluta desnudez, pero no creo que aborde el erotismo como tal. Sin embargo, eso se lo dejo a la crítica.
Ahora bien, Mar de (L)una me llevó a otras realidades, a la violencia en muchas de sus manifestaciones; a la muerte, un tema que me ronda como un pensamiento recurrente; y a la libertad.
Escribo de dos maneras: a diario, con disciplina y como una religión, así lo que aparezca sea «nada» y, a diario, con disciplina y como una religión, así lo que aparezca tenga «forma de palabra» y a veces termine por desconcertar mi anticipación. El tema me elige deliberadamente, a veces a partir de un libro, de un proceso de catarsis, de la realidad que vivimos o mientras sigo descubriendo esa voz cuya necesidad tengo de contar a gritos: «(…) Lo indecible me será dado solamente a través del lenguaje». Clarice Lispector.
-Su obra empieza a ser conocida fuera de Colombia, ¿cómo ha sido conquistar a los lectores extranjeros y otros espacios?
Ha requerido tanta perseverancia como en el mismo hecho de escribir, publicar y llegar a los lectores. Siento que estoy empezando.
He contado con el apoyo incondicional de mi editor José Vicente Katarín, de personas maravillosas como Franky Piña, editor de la revista virtual El BeisMan, Chicago; Santiago López Navia, escritor y una eminencia en el mundo literario y pedagógico en España; Pablo Di Marco, novelista argentino; y con la generosidad de los medios de comunicación en Colombia, México y del área de Chicago y eso ha sido un gran honor. Pero el estar lejos, físicamente, de Oveja Negra hace las cosas un poco más complejas, no lo voy a negar.
– ¿Está preparando otro libro? ¿Será sobre poesía o cambiará de género?
Siempre tengo otro libro debajo de la manga, pero no necesariamente para publicarlo de inmediato. Me siento muy satisfecha con dos años consecutivos en la Feria Internacional del libro de Bogotá: Al desnudo (2016) y Mar de (L)una (2017). Por ahora quiero concentrarme en compartirlos, en asegurarme de que sus versos sean leídos, rayados y subrayados.
Mientras tanto otro poemario está en reposo, y como lo dije durante la presentación de Mar de (L)una el pasado 01 de mayo, quiero arriesgarme a escribir una novela. Creo que las cosas se irán dando como deben ser.
Ahora estoy en modo de «estudiante», pues cuando envío manuscritos o textos a mis maestros lo hago con la intención de recibir esa crítica que genera aprendizaje. Agradezco profundamente al maestro Cobo Borda, por ejemplo, pues de él recibo un “merece la pena o repita el año” – sonrío- . Lo admiro muchísimo y lo quiero más.
– ¿Cuáles son sus expectativas en el mundo literario en Colombia y en Latinoamérica?
Mis expectativas no van más allá de poder expresarme a través de la escritura. El mundo del escritor pareciera tener un lado secreto que gira en torno a las relaciones públicas, las publicaciones y la difusión de su obra.
Mis expectativas giran en torno a poder escribir cada día un poco mejor y a su vez contar una historia a través de versos o en el futuro, con la narrativa. Nunca dejar de aprender.
– ¿Cree que cada vez más la poesía adquiere un lugar importante para los lectores, editores y la prensa?
Creo que sí y ojalá que cada vez sea mayor su protagonismo. Hay que seguir insistiendo.
La poesía pareciera una bella y delicada pieza de cerámica japonesa que todos adoran pero nadie sabe qué hacer con ella.
Aspiro a que la poesía vuelva a sus orígenes pedestres, incluso vulgares. Amo la poesía callejera, de carne y hueso, la que se transmite con pasión de boca en boca. No quiero una poesía para admirar y aplaudir a la distancia, quiero una poesía a la que se pueda abrazar, estrujar y besar.