Por: Armando Rojas, crítico, poeta y
ensayista venezolano. Texto tomado del prólogo del mencionado libro. Nota
publicada por “Con-fabulación”.
ensayista venezolano. Texto tomado del prólogo del mencionado libro. Nota
publicada por “Con-fabulación”.
Alguna vez escribí que «el ensayo es la
fiesta subjetiva de la conceptualidad». En efecto, en la prosa ensayística el
autor está comprometido subjetiva, psíquica y espiritualmente con su texto.
Por eso mismo, la voz personal del ensayista se escucha de manera omnipresente
en la aproximación tentativa, a veces zigzagueante, a la verdad en la que
consiste ese género literario inventado por Montaigne hace seis siglos. Se
trata, por definición, de un género radicalmente antidogmático, perspectivista,
ajeno por completo a las afirmaciones apodícticas y al tono profesoral de quien
desea «sentar cátedra» y dar lecciones al prójimo. Dentro de él, un
cuerpo personal se escribe, delatando las zonas erógenas de su carne
intelectual. Pretende articular una determinada experiencia individual ―humana
o estética― con la reflexión conceptual que extrae de ella consecuencias
intelectuales y, más ampliamente, espirituales.
fiesta subjetiva de la conceptualidad». En efecto, en la prosa ensayística el
autor está comprometido subjetiva, psíquica y espiritualmente con su texto.
Por eso mismo, la voz personal del ensayista se escucha de manera omnipresente
en la aproximación tentativa, a veces zigzagueante, a la verdad en la que
consiste ese género literario inventado por Montaigne hace seis siglos. Se
trata, por definición, de un género radicalmente antidogmático, perspectivista,
ajeno por completo a las afirmaciones apodícticas y al tono profesoral de quien
desea «sentar cátedra» y dar lecciones al prójimo. Dentro de él, un
cuerpo personal se escribe, delatando las zonas erógenas de su carne
intelectual. Pretende articular una determinada experiencia individual ―humana
o estética― con la reflexión conceptual que extrae de ella consecuencias
intelectuales y, más ampliamente, espirituales.
El libro que ahora
tiene el lector entre las manos constituye una antología de los mejores
ensayos escritos a lo largo de un taller que, bajo mi dirección, hemos
realizado en Caracas desde hace varios años. Hemos estudiado y analizado los
textos ensayísticos de algunos de los más trascendentes ensayistas de la
historia literaria occidental (también. por supuesto, hispanoamericana y
venezolana), e, igualmente, leemos durante cada sesión del taller los textos
que los mismos integrantes de él han escrito para dar cuenta de sus destrezas
particulares ―y a menudo recién adquiridas― como creadores.
tiene el lector entre las manos constituye una antología de los mejores
ensayos escritos a lo largo de un taller que, bajo mi dirección, hemos
realizado en Caracas desde hace varios años. Hemos estudiado y analizado los
textos ensayísticos de algunos de los más trascendentes ensayistas de la
historia literaria occidental (también. por supuesto, hispanoamericana y
venezolana), e, igualmente, leemos durante cada sesión del taller los textos
que los mismos integrantes de él han escrito para dar cuenta de sus destrezas
particulares ―y a menudo recién adquiridas― como creadores.
Este taller de ensayo es una
de las más felices y entrañables experiencias de mi vida intelectual y docente.
Se trata de una verdadera comunidad intelectual: un grupo de amigos que, todos
los martes a las 6 pm nos reunimos para estudiar, reflexionar, opinar
y comentar textos propios y ajenos impulsados por el deseo de solidificar
una vocación literaria y estar a la altura de sus exigencias. Es una amistad
que roza ya la fraternidad, pero la camaradería no ha coartado nunca el rigor
con el que valoramos el escrito de un compañero, el desapego crítico y la
objetividad con los que juzgamos su aporte. Me complace percibir nítidamente
cómo se han desarrollado y madurado las destrezas particulares, a las que antes
me refería, cómo ha crecido la estatura literaria de cada uno, producto del
tesón y el esfuerzo que han puesto en la tarea de escribir siempre mejor.
de las más felices y entrañables experiencias de mi vida intelectual y docente.
Se trata de una verdadera comunidad intelectual: un grupo de amigos que, todos
los martes a las 6 pm nos reunimos para estudiar, reflexionar, opinar
y comentar textos propios y ajenos impulsados por el deseo de solidificar
una vocación literaria y estar a la altura de sus exigencias. Es una amistad
que roza ya la fraternidad, pero la camaradería no ha coartado nunca el rigor
con el que valoramos el escrito de un compañero, el desapego crítico y la
objetividad con los que juzgamos su aporte. Me complace percibir nítidamente
cómo se han desarrollado y madurado las destrezas particulares, a las que antes
me refería, cómo ha crecido la estatura literaria de cada uno, producto del
tesón y el esfuerzo que han puesto en la tarea de escribir siempre mejor.
Ahora hemos tomado la
iniciativa de compartir con un público más amplio los frutos de esta experiencia
de aprendizaje y escritura. Aquí encontrará el lector, esperamos que para su
deleite estético, la vigorosa prosa de Elsy, el tenor lírico de Vilma, la
delicada asertividad de Norma, la brillantez expositiva de Omar, la solidez y
el peso argumentativo de Ramón, la capacidad asociativa de Luisa Helena, la
disciplina espontaneidad de Claudia y el talento para la plasticidad narrativa
de José.
iniciativa de compartir con un público más amplio los frutos de esta experiencia
de aprendizaje y escritura. Aquí encontrará el lector, esperamos que para su
deleite estético, la vigorosa prosa de Elsy, el tenor lírico de Vilma, la
delicada asertividad de Norma, la brillantez expositiva de Omar, la solidez y
el peso argumentativo de Ramón, la capacidad asociativa de Luisa Helena, la
disciplina espontaneidad de Claudia y el talento para la plasticidad narrativa
de José.
Al dar a conocer estos
ensayos queremos que el lector se haga copartícipe de nuestra aventura
intelectual y nuestro vocacional desafío: contribuir, desde nuestro
modesto pero decidido aporte, a la cultura venezolana.
ensayos queremos que el lector se haga copartícipe de nuestra aventura
intelectual y nuestro vocacional desafío: contribuir, desde nuestro
modesto pero decidido aporte, a la cultura venezolana.