Tomado de La Tercera/ Santiago. Su trabajo sobre los travestis en Chile inspiró una de las obras más aplaudidas de Alfredo Castro.
Ha sido un largo camino el que estas imágenes han debido recorrer para ver por fin la luz. Todo empezó en 1982, cuando la fotógrafa Paz Errázuriz y la periodista Claudia Donoso se aproximaron al mundo de la homosexualidad y el travestismo en Chile. En un momento político en que territorios como estos eran ocultados, las autoras registraron por cuatro años la vida al interior de dos prostíbulos en Talca y Santiago, enfocándose en la historia de dos hermanos prostitutos, Evelyn y Pilar, y la madre de ellos.
Una historia que quedó inmortalizada en el libro La manzana de Adán, de 1990, con los testimonios recogidos por Donoso y las imágenes en blanco y negro de Errázuriz, que, sin embargo, pasó sin pena ni gloria en la escena local. Lo mismo sucedió un año antes con la exhibición que se hizo de las fotos en la desaparecida galería Ojo de Buey y que muy pocos vieron. Su mejor escenario lo encontró en el teatro: Alfredo Castro dirigió una adaptación con su compañía La Memoria que fue un hito teatral de los 90.
Acostumbrada a retratar la historia no oficial, la vida al interior del circo, de hospitales psiquiátricos y hogares de ancianos, Errázuriz no calculó que su serie tendría una nueva oportunidad y se transformaría en una de las más emblemáticas de su carrera: en 2010 se exhibió en la galería de Charles Saatchi y Philips de Pury en Londres, un año después fue adquirida por la Tate Gallery y en marzo de este año la expuso en la U. de Berkeley, su primera muestra individual en EUA.
Allí, la autora de El infarto del alma exhibió varias fotos inéditas que fueron descartadas en esa primera edición, y que se ve ampliada en un nuevo volumen que se presentará el domingo 5 de octubre, en el cierre de la Feria Ch.ACO.