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Jorge Volpi (Fotografía de: Libros y Letras) |
Volpi indaga en la historia contemporánea de México, con el propósito de evidenciar que también otras generaciones han sufrido opresión por parte del poder, mientras aúna esos hechos con alguna parte de la anatomía humana para persistir en la metáfora cuerpo y memoria histórica.
Por: Tomás Emilio Arce*
En su imprescindible poema, ‘’Coloquio de Los Centauros’’, Rubén Darío expresa a través de Quirón que “La Muerte es la victoria de la progenie humana’’ (19). Posteriormente, antes de concluir el poema, pone en boca del mismo sabio centauro, el siguiente verso: ‘’La pena de los dioses es no alcanzar la muerte’’ (19). El mismo Quirón, maestro de Aquiles, tenía un origen divino, por lo tanto, bajo una de las premisas de la mitología griega, este centauro era inmortal; no obstante, a como señala la mitología griega, Quirón al ser penetrado en su costado, sin alevosía, por dos flechas envenenadas lanzadas por Heracles, debido a una discusión por vino con otros centauros, morirá al ceder su inmortalidad a Prometeo, al no soportar el dolor en que el veneno lo había sumido. La muerte, en este caso, como panacea contra un dolor tan agudo que ni un mismo dios pudo soportar. Y a eso aluden los versos de Darío, que rescatan el mito de una muerte que se trastoca como una bondad para la especie humana, contraria a esa otra muerte cadavérica, originada en la tradición medieval, que espanta y causa terror.
Es así que el tema de la muerte siempre ha estado presente en el devenir del pensamiento humano, ora siendo mitificada a través de la literatura, ora intentando ser desentrañada a través de la ciencia en su constante progreso, y a pesar de los enormes avances en el campo de la medicina, aún sigue resultándonos uno de los grandes misterios de la vida. Entre tantas corrientes e ideas sobre la muerte, concuerdo con la definición que en una carta brindó el poeta Joaquín Pasos a un amigo, en una de sus tantas agonías:
El gran secreto de la muerte es que la muerte no existe. Es un final, es nada. Su existencia – Si así pudiésemos llamarla – es negativa; y su razón de ser está en la vida misma (…) La existencia de la palabra muerte revela la existencia de la muerte solamente como la idea de la muerte, es decir, como algo puramente racional, como un producto intelectivo. Los animales irracionales no conocen la muerte ni podrán nunca conocerla. Los hombres la imaginamos. Nosotros los hombres somos los inventores de la muerte. (Pasos)
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Portada de Examen de mi Padre de Jorge Volpi |
Con Examen de Mi Padre (2016) el escritor mexicano Jorge Volpi lidia con su duelo personal, tras la muerte natural de su padre, un cirujano apolíneo y apasionado de la música clásica, a través de la escritura de diez ensayos, cada uno titulado bajo el nombre de algún órgano del cuerpo
Con esta reflexión, Pasos nos convida a no temer la inevitable llegada de nuestro fin, tras el arduo tránsito de nuestras vidas, sea breve o larga, la muerte no existe como tal porque nadie conoce su misterio. Al final, los que viven la muerte son los seres que amaron, admiraron u odiaron al fallecido. Los que quedaron para lamentar y recordar al amigo o al pariente, aunque no hay una manera definida de sobrellevar el duelo, porque ante este rito, cualquiera lo experimenta de distintas maneras; no obstante, ¿Qué pasa cuando la muerte no es de carácter natural y ocurre de manera violenta? ¿Cómo sobrellevar el duelo, si no existe un cuerpo al que sepultar? ¿Qué ocurre con el estado-nación, cuando el asesinato y las desapariciones forzadas se vuelven una pandemia que se ensaña principalmente con los que incomodan el poder?
Con Examen de Mi Padre (2016) el escritor mexicano Jorge Volpi lidia con su duelo personal, tras la muerte natural de su padre, un cirujano apolíneo y apasionado de la música clásica, a través de la escritura de diez ensayos, cada uno titulado bajo el nombre de algún órgano del cuerpo, que le sirven de metáfora para explayarse y realizar una disección de los problemas sociales que causan tanto lastre en el México contemporáneo, realizando una comparación con el México en que su padre, hijo de migrantes italianos, creció y forjó su carrera profesional de cirujano, con ese México que tiene acostumbrado al resto del mundo a leer titulares sórdidos, en los principales diarios mundiales, referente a su situación social, y que terriblemente ya no escandalizan a la opinión pública, en una especie de normalización de los asesinatos y las desapariciones forzadas, por partes de grupos delincuenciales, tal como señala Volpi, en el primer capítulo de su libro: ‘’ Nos hemos acostumbrado a mirar cadáveres a diario, exhibido sin pudor por la prensa y la televisión, y a escuchar indiferentes la cifra, que a modo de siniestro cuentagotas, añade cada noche más cuerpos a la lista’’ (43).
Esta normalización es efecto de la enorme cantidad de crímenes que se producen a diario en México y que saturan la memoria pública, en conveniencia con los medios de comunicación que cubren sin ética alguna, noticia tras noticia, más preocupados por los porcentajes de audiencia, que de problematizar los hechos que ocurrieron y profundizar al respecto. Esta desmemoria, según Volpi, no es culpa del cerebro, sino que este órgano ‘’ no es capaz de retener una avalancha de sucesos tan aciagos como infinitos y los crimines se confunden en nuestra mente en una masa indescifrable’’ (70).
El resultado de esta desmemoria es que brinda a los poderosos una impunidad siniestra ante sus fechorías, porque solo se acumulan despersonalizadas cifras de los desaparecidos o masacrados. A partir de esto, Volpi intenta reivindicar la individualidad de los 43 normalistas de Ayotzinapa, nombrando a cada uno de los estudiantes, con la esperanza de brindar un rostro a esos números macabros que la parca recolecta frenéticamente, y que se asusta de no generar nada más que indiferencia ante su propio proceder, mientras las cifras continúan acumulándose y las masacres aumentando.
Ante la impunidad que domina la realidad mexicana, Volpi indaga en la historia contemporánea de México, con el propósito de evidenciar que también otras generaciones han sufrido opresión por parte del poder, mientras aúna esos hechos con alguna parte de la anatomía humana para persistir en la metáfora cuerpo y memoria histórica. En este caso, en correspondencia con el capítulo tres, rescata la imagen de la mano tendida que el presidente Gustavo Díaz Ordaz, meses antes de la masacre estudiantil de Tlatelolco, ofrece a los estudiantes rebeldes en su V informe de gobierno, ‘’ un signo de apertura que apenas ocultaba una amenaza: la mano abierta que con facilidad se cierra en un puño’’ (86).
En este libro de ensayo, pareciera que el protagonista será el padre de Volpi. A medida que nos adentramos en su lectura, nos damos cuenta que Volpi realiza una disección de la realidad mexicana actual, a través de la confección de una serie de metáforas que exponen el complejo entretejido social, cultural y económico de un México atestado de fantasmas y muertos. Esto resulta, para el autor, en una especie de mezcla entre el espacio privado y público, y a partir de una muerte íntima con rostro, realizar un diagnóstico preciso del México actual, con sus miles de muertos y desaparecidos de manera violenta.
Foto de Jorge Volpi: Libros & Letras.
Bibliografía
- Darío, Rubén. Rubén Darío: Antología Poética. Editorial Sudamericana, 1996, Buenos Aires.
- Pasos, Joaquín. Poemas De Un Joven. Vol. 17, Editorial Nueva Nicaragua, 1983, Managua.
- Volpi, Jorge. Examen de mi padre. Penguin Random House S.A., 2016, Ciudad de México.
Tomás Emilio Arce*
(Nicaragua, 1990) Escritor y cineasta documental. Licenciado en Filología y Comunicación (UNAN-Managua). Incluido en la antología centroamericana de ficciones breve ‘’Flores de la trinchera’’ (2012). Ha publicado artículos y reseñas en revistas tales como el Hilo Azul, en la revista de Historia del IHNCA, en Carátula y en Cincinnati Romance Review. Es Co- Director y Co-Guionista del mediometraje “Ruteados” (2013). Director y guionista del documental “Si buscabas” (2014). Actualmente cursa una Maestría en literatura Iberoamericana en la Universidad de Cincinnati, USA, y es profesor asistente de español como lengua extranjera.