Hoy: Marcelo di Marco/ II Parte. Sigamos hablando del paso del tiempo
(quién sabe, será que me afectó cumplir cuarenta). Hace más de treinta años que
dictás talleres literarios. ¿Qué virtudes y defectos encontrás en tus actuales
alumnos, comparándolos con aquellos de principios de los 80’?
(quién sabe, será que me afectó cumplir cuarenta). Hace más de treinta años que
dictás talleres literarios. ¿Qué virtudes y defectos encontrás en tus actuales
alumnos, comparándolos con aquellos de principios de los 80’?
En aquellos tiempos se notaba una fuerte afectación en el estilo. El uso
de “descender” en lugar de “bajar”, o de “utilizar” en lugar de “usar”. Esas
cosas…, vos viste. La gente de hoy viene más libre de tales ampulosidades. En
contraposición, se lee cada vez menos. Eso sí: antes y ahora, la gente que
mejor aprovecha el taller es la que lee bien y mucho.
Hace poco comenzaste un proyecto muy original: inauguraste en YouTube
una serie de programas semanales con consejos para escritores. Soy seguidor de
esos programas, y puedo asegurar que son interesantísimos. Contanos qué repercusiones venís
teniendo.
Gracias por la opinión. La aceptación es impresionante, realmente, y le
quedo agradecido a la audiencia: a cuatro meses y medio del lanzamiento del
canal, nuestros 20 programas de tips de escritura han superado los 2100
suscriptores y las 28.000 visitas. Parece que la gente estaba esperando un
estilo distinto de enseñanza. Tal vez tanta difusión haya propiciado que mi
novela Victoria entre las sombras
(Buenos Aires, Sudamericana, 2011) acabe de agotar su primera edición: varios
me han confesado que querían saber si yo escribo como predico.
Tengo por costumbre recomendarles un libro a mis entrevistados, a cambio
de que ellos me recomienden (o regalen, si quieren) otro a mí. Acá va el mío: Historias,
mitos y leyendas colombianos, un genial
ensayo de Félix Ramiro Lozada Flórez.
¿Qué tenés para ofrecerme?
Los cuentazos de A ciencia
incierta (Buenos Aires, Interzona, 2012), libro con el que Luis Cattenazzi
se adjudicó en 2011 el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes.
Gracias por el regalo. Prometo leerlo esta misma semana. Y ahora vienen
las dos últimas y clásicas preguntas de Un café en
Buenos Aires. Nuestros lectores las
adoran, así que no tengo manera de dejarlas de lado. Vamos con la primera:
alguna vez Vargas Llosa dijo que el día más triste de su vida fue cuando Jean
Valjean murió en Los
miserables. ¿Cuál fue el día más
feliz de tu vida?
El 26 de octubre de 2003. Fue el
día en que mi esposa, Nomi Pendzik, de origen judío, nació a la fe católica
gracias al agua del bautismo. Las palabras de Cristo son inequívocas: “Quien no
nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”. ¡Bien por
Nomi, que eligió la mejor parte!
día en que mi esposa, Nomi Pendzik, de origen judío, nació a la fe católica
gracias al agua del bautismo. Las palabras de Cristo son inequívocas: “Quien no
nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”. ¡Bien por
Nomi, que eligió la mejor parte!
Y ahora la última: te regalo la posibilidad de invitar a tomar un café a
cualquier artista (vivo o muerto). Contame quién sería, a qué bar de Buenos
Aires lo llevarías, y qué pregunta le harías.
Me encantaría conversar largo rato con uno de mis más preclaros
mentores: Ezra Pound. Conociéndolo, supongo que le encantaría tomar un café de
parado en el Jardín Japonés. Y le preguntaría cómo habría que hacer para
refundar la historia. Supongo que su respuesta no sería ni muy simple ni muy
inocente que digamos, ¿no?
No, de seguro las respuestas del gran Ezra Pound no serían ni simples,
ni inocentes. Como no lo son las tuyas, Marcelo. Y está muy bien que sea así,
porque esa es la función del maestro: ayudar al alumno a pensar. Aunque a veces
duela.
A quienes quieran ver y escuchar los consejos de escritura de Marcelo di
Marco, los invito a entrar a
http://www.youtube.com/user/TallerCyC.