Desde Panamá
Por: Ricardo Ríos. En 1956 como bibliotecario del Instituto José Dolores Moscote fundé El Club Amigos de la Biblioteca, de allí salieron dos bibliotecólogas. Ese fue el antecedente del primer círculo de lectura que organicé en 1996 como profesor de Cultura Literaria en la Universidad Católica Santa María La Antigua. El entusiasmo de compartir los libros leídos propicia la existencia de muchos círculos de lectura en todo el país, como lo prueba el programa Siembra de Lectores que dirigen Rosemarie Tapia, Gustavo Salom y Nitzia Barrantes. Actualmente coordino el Círculo de Lectura Guillermo Andreve, nos reunimos mensualmente en Exedra Books.
El Círculo de Lectura de la USMA de 1996 al 2003 presentó más de 125 libros, editamos más de 40 obras de autores panameños y de otras latitudes, todo ello está registrado en la Biblioteca Nacional y en mis libros como La calle del espanto, Musas del Centenario y Los rostros del tiempo. De allí surgieron escritores como Sofía Santin (María Gilma Arrocha), Errol Caballero, Eloy Fisher, Isolda De León, Ramón Francisco Jurado, Andrés Pizarro, Ramón Barreiro, Jesús Campos, Mercedes Arias, Javier Riba Peñalba y otros.
La experiencia más significativa se da cuando organizamos el círculo de lectura del Centro de Cumplimiento de Tocumen. Allí los jóvenes detenidos cumplen sus condenas. Durante tres años mis estudiantes de la USMA compartieron con esos muchachos. La lectura redime, es la mejor terapia así quedó demostrado con esos jóvenes.
Los círculos de lectura estimulan la creación literaria, orientan a los escritores noveles y promueven el desarrollo cultural del país. Se pueden desarrollar diferentes metodologías para las reuniones. Seleccionar a un autor y una de sus obras, como lo hace el círculo de lectura de los Supermercados Ribasmith. Ellos invitan a Ramón Fonseca y comentan Ojitos de ángel. El círculo que dirige Neco Endara en Exedra escoge tres autores y los analizan. El círculo Guillermo Andreve deja a la elección de cada lector el comentario de las obras leídas, cada cual tiene plena libertad de decidir sobre sus lecturas a exponer. El círculo de la Biblioteca Nacional también escoge un autor e incluso complementan con una película basada en una novela.
La lectura hace de cada lector un soberano. Los círculos de lectura promueven el respeto y tolerancia a la opinión crítica de cada lector, de un libro se pueden hacer distintas y múltiples lecturas y todas son válidas. Lo esencial es compartir lo leído, decir qué le impresionó de un libro, cuál es su trama, qué personajes lo impactaron, por qué los odia o los ama. Su motivación entusiasma a otros a leer la obra. Incluso el lector tiene el derecho a manifestar que el libro no le agradó y explicar sus razones. Otro lector dirá lo contrario.
Lo importante es nunca establecer normas y requisitos, para participar en los círculos de lectura, la asistencia es voluntaria, el cordón umbilical es emocional, de interés por la lectura. El lector entra y sale sin nada que lo comprometa. Participa por el deseo de compartir sus lecturas. La práctica nos indica que resulta más exitoso un círculo cuando participan lectores de diferentes edades, profesiones y visiones del mundo. La interacción beneficia a todos, se enriquecen los lectores con múltiples vivencias.
Leer es un derecho universal, todo ser humano debe tener la oportunidad de acceder libremente a los libros. Al leer usted tiene perspectivas con horizontes abiertos, aprende a valorar cada cultura, a ser tolerante. El que lee asume una postura crítica frente al devenir social, reflexiona sobre su acción ciudadana, decide con fundamento sobre la problemática de la comunidad. Aprende a razonar y a escribir, mejora su vocabulario, redacción, y ortografía. Para escribir usted necesita leer, leer, leer mucho. Si le interesa escribir sobre poesía, cuento, teatro, ensayo, novela debe documentarse en el género elegido, conocer a sus principales autores, estilos, temas etc. Conocer los esquemas conceptuales básicos de la escritura.
La literatura nunca se improvisa. No basta tener inspiración hay que dominar la técnica. Es esencial tener una cultura literaria, recomiendo La calle del espanto, La bitácora de la fantasía, Éxtasis y Literatura Selecta de Richard Brooks; Memoria de mis memorias, Los rostros del tiempo, La épica de la Soberanía de Ricardo Arturo Ríos Torres y La magia del Quijote de Isolda De León y Ricardo A. Ríos Torres.
El hábito de la lectura comienza desde la gestación de la criatura, la madre debe cantarle, leerle, darle amor. La lectura de cuentos y su dramatización motiva a los niños a leer. A los jóvenes, a los adolescentes debemos motivarlos conociendo sus gustos, habilidades e inclinaciones, hay libros para cada lector. El ejemplo es el mejor aprendizaje. Si usted lee, sus hijos, amistades, y familiares también lo harán. Cada día se lee más y se escribe mejor en Panamá. Los círculos de lectura garantizan el éxito de las Ferias del Libro celebradas en nuestro país. ¡Al leer somos mejores!
La actitud cultural de nuestra clase política e institucional gubernamental urge de un cambio radical, asimismo la empresa privada. Un ciudadano culto, que lee nos garantiza una sociedad más humana, efectiva y eficaz, más democrática. Un lector es un ciudadano responsable, reflexivo, con calidad humana.
Recomiendo leer a los autores panameños, tenemos una literatura de calidad.