En 1935 el reconocido tanguero Carlos Gardel vino a Colombia como parte de una gira latinoamericana. Su visita está llena de anécdotas e historias que siguen configurando a El Morocho del Abasto como un mito incomparable.
Por: JUAN CAMILO RINCÓN
(continuación)
En la capital del país se presentó en los teatros Real de Bogotá y Nariño y en el Salón Olympia; además fue homenajeado en el Teatro Municipal de Bogotá por los alumnos de piano de Elisa Urruchurtu. El domingo 23 de junio, antes de partir rumbo a su fatídico encuentro y luego de la presentación en el Teatro Real, cantó su último tango para un programa de La Voz de la Víctor que, casualmente, era patrocinado por la empresa de aviación con la cual viajaría al día siguiente. La emisora hizo los arreglos en la Plaza de Bolívar para la presentación del tanguero, ubicando algunos parlantes para ampliar su voz. El zorzal maravilló a los asistentes con “Cuesta abajo”, “Catamarca”, “Melodía de arrabal”, “Agarrala si podés” y “Tentación”; por un pedido especial cerró su presentación, casi que como un presagio, con “Silencio”. Previo a esto dijo al público:
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José Razzano (con la guitarra) y Carlos Gardel en la casa de la madre de este último en Buenos Aires. 1926 |
Antes de cantar mi última canción quiero decirles que he sentido grandes emociones en Colombia. Gracias por tanta amabilidad. Encuentro en la sonrisa de los niños, las miradas de las mujeres y la bondad de los colombianos un cariñoso afecto para mí. La emoción no me deja hablar. Gracias y hasta siempre[1].
Su deseo de conocernos se cumplió y marcó la historia musical de nuestro país y del mundo para siempre. El 24 de junio Gardel emprendió su viaje hacia Cali haciendo escala en la capital antioqueña, donde aterrizó a las 2:25 pm. Cuando despegaba, el avión Ford Trimotor de la empresa Servicio Aéreo Colombiano (SACO) chocó con otro avión del mismo tipo, lo que le costó la vida al artista y 16 personas más. De este fatídico día quedan imágenes de su despedida en el aeropuerto de Techo hechas por los hermanos Acevedo[2], conocidos por ser integrantes de una de las familias que impulsó el cine en nuestro país. Carlitos fue enterrado en el Cementerio San Pedro en Medellín, a unas pocas lápidas de la tumba de Jorge Isaacs, y posteriormente fue repatriado. Ya en Argentina su cadáver fue transportado a lomo de burro, carreta, tren y barco hasta el hermoso cementerio de Chacarita, en Buenos Aires, donde hoy se puede visitar su sepulcro, que nunca está solo.
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Para conocer más sobre Carlos Gardel, visite https://www.senalmemoria.co/articulos/carlos-gardel-fatal-destino-gran-leyenda-del-tango
[4] Arancio, Salvador. “El último tango que cantó Gardel”. Tomado del sitio web Todo Tango: http://www.todotango.com/historias/cronica/130/El-ultimo-tango-que-canto-Gardel/
[5] Rincón, J. C. (2017). Nuestra memoria es para siempre. Bogotá: Fundación Patrimonio Fílmico y Señal Memoria. Tomado de: https://www.senalmemoria.co/nuestra-memoria-es-para-siempre
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