- En Irak, la Biblioteca Nacional, inaugurada en 1977 con un edificio de 10.240 m2 construido al estilo arquitectónico árabe, especialmente las ventanas y celosías, joya arquitectónica por su belleza, amplitud y servicios, albergaba miles de manuscritos, todos pasto de las llamas. Entre las pérdidas más relevantes cabe destacar: El Canon en Medicina de Avicena (980-1037 d. C), que fuera durante siglos manual de las facultades de medicina, no solamente en los países islámicos sino también en la mayoría de los países occidentales; Tratado sobre los números de Abu Said al-Magribi (1819); Tratado sobre pesos y medidas de Kadim b. Qasim al-Hasani (1851); Nahj al-Balaga (El Camino de la retórica) de Ali b. Abi Talib, primo y yerno del Profeta, del año 1160. Manuscritos también albergados en la Biblioteca Nacional escritos en persa y en turco fueron asimismo pasto de las llamas. Se ha perdido igualmente toda la sección documental sobre el Imperio Otomano custodiado en la biblioteca, incluidas miles de cartas y misivas; la colección formada por cerca de medio millón de documentos relacionados con la Familia Hachimita a la que pertenecía la Familia Real iraquí, así como todos sus libros privados que allí se guardaban. Un gran número de cartas y misivas referentes a la relación de Irak con el Sharif Husayn de Meca antes de la Gran Revolución Árabe.