colaboración especial. Sucede que ya casi al final de lo que fue, prácticamente
una charla distendida en un banco de una plaza, el joven periodista le
pregunta:
fueron los momentos más felices que le toco vivir?
le contestó y le dijo: Sabes hijo, yo he cometido uno de los pecados más
infames e imperdonables que pudo haber cometido un hombre en esta vida…
todo sorprendido repregunta ¿Y cuál fue el tremendo pecado que pudo Ud.
cometer?
Borges, éste momento de su vida que le narro, con seguridad le arrancara un
suspiro profundo, como me sucedió a mí.