De Gardeazábal

Colombiano que se sienta orgulloso de serlo y crea que todavía a través del cine se puede contar la verdadera historia de este país, debe ir a ver “La tierra y la sombra” la película de César Acevedo que fue ganadora en Cannes.
No es una historia de terror ni de violencia .Es de realismo doloroso. Es una bellísima colección de fotografías, de gestos más que de diálogos, de sombras en el alma y oscuridades en el paisaje que pese a ser verde como la caña es agresivo y brutal.
Como todavía quedan algunos ingenios azucareros que queman la caña antes de cortarla y que le echan glifosato dizque para madurarla, esta película de uno de los nuevos artistas que aporta el Valle a Colombia deberían presentarla en función especial a todos los socios de Asocaña.
Lo que no creo es que los dinosaurios que todavía leemos seremos capaces de decir lo mismo después de leer un libro de otro de los nuevos vallunos,Juan Pablo Jaramillo,que con olfato editó Planeta, así esté escrito en lenguaje de los muchachos de ahora.
La edad de la verdad es un libro para la roketada,un libro para los tuiteros, un libro para los que hacen de Facebook su confesionario. Se deja leer por un viejo como yo pero escandaliza a mis congéneres. No hay límites, no hay excesos ,todo se puede, todo es normal.
No narra ninguna historia atrayente pero agarra con la manera como por vivir en ese acelere de los 22 años se puede posar de filósofo y de consejero para saber enamorar al estilo tuiter-unisex

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