El rincón del poeta

Dos para dos
              Clara Schoenborn (Colombia)
 ¿Será que somos dos simples mamíferos
creyéndonos capaces de amar?
Caminamos de un planeta al otro sin más
objetivo que un sueño.
Aquel que todos persiguen para ser felices
sin jamás unir sus puntos de luz.
El amor es un ofrecimiento carnavalesco que
al fin de cuentas queda reducido
a unas lustrosas palpitaciones y a muchos
cambios de trajes.
Para unirme a ti
me abandoné de mí misma muy pronto y sin
haber aprendido a amarme
y tú te dejaste por el camino, incompleto y
con tus ojos ávidos como esponjas.
Ahora rodamos juntos sin haber aprendido a
rodar pero aferrados de caricias.
No podremos ser más que dos seres de carne y
hueso
buscando entre las sábanas su medida más
imperfecta.
No llegaremos a ningún paraíso ni nos
bendecirá ningún dios
porque jamás inventamos nuestra propia
resurrección.
¿Qué dirán nuestros hijos de la impúdica
amplitud de esta casa?
¿Qué dirán de nosotros que nunca sufrimos ni
quebramos copas?
Teníamos que llegar a ellos después de
heridas y enfermedades,
después de rebasar el vicio y la locura hasta
hacernos invencibles.
Solamente así hubieran logrado superarnos.
Solamente así

hubieran podido corroer plenamente nuestra
historia.

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