Entrevista, José Luis Díaz Granados

No. 6.074, Bogotá, Martes 19 de Junio del 2012 
Cuando aparecieron los libros, el mundo empezó a recuperar la historia y otros se dedicaron a quemarla… 
John Lemoine 
José Luis Díaz Granados 

Un daiquiri en “Floridita” y un tinto en “El Automático” 

Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras) 

Hablar con José Luis Díaz Granados produce siempre una profunda alegría, no sólo por esa forma tan especial que tiene de evocar tantas imágenes cargadas de nostalgia, como por ejemplo su crudo exilio, sino por ese dejo que tiene su voz, acompañado de su presencia, su barba, la forma como revolotean sus manos, el tono como lee sus poemas o lee fragmentos de sus libros, ese estilo tan particular de pedir un “Cuba libre”, levantar el vaso y brindar por sus amigos. 
José Luis Díaz Granados es amigo-amigo, no amigo por épocas o amigo a crédito. No. Es un amigo íntegro, el que se pone realmente feliz cuando se encuentra con otro amigo y lo invita a compartir un tinto o un “mojito” o simplemente un abrazo. Y más feliz se pone, cuando publica un libro, selecciona tres o cuatro ejemplares, los autografía y personalmente, cruzando la caótica ciudad, lo entrega personalmente, como lo hizo hace muy poco cuando publicó ese hermoso libro sobre La Habana. 
Cuando estuvo en Cuba, alejado de las llamadas amenazantes, de las interceptaciones ilegales, de los acosos de quienes lo miraban con binoculares, salía a caminar por el Malecón y a veces se quedaba mirando al otro lado de la isla, allá lejos, en el continente, en donde estaba su hijo y sus amigos y se llenaba de nostalgia, pero prefirió esperar a que pasara el temporal, para poder regresar a esta Colombia que lleva en el corazón. 
– ¿Es mejor un daiquirí en “Floridita” o un tinto en “El Automático”? 
– “Ambos mundos” son buenos: en “Floridita” para brindar por Hemingway y en “El Automático” para recordar al inolvidable León de Greiff
– ¿Por qué debemos querer tanto a Cuba? 
– Por ese supremo acto de amor que es la Revolución, pero también por su gente, por Martí, por Fidel, por el Che, por Haydée, por Lezama, por Guillén, por Roberto Fernández Retamar, porque los cubanos de hoy son un trisito mejores seres humanos que el resto del mundo. 
– ¿Cuba es una forma de continuar sabiendo que la dignidad SÍ existe? 
– Cuba es sinónimo de Dignidad. 
– Para una foto tuya ¿quién deberá estar en la izquierda: Gabo o Fidel
– Al tomar la foto, uno de ellos está a la izquierda. Y en la foto, aparece en la izquierda el otro. Luego ambos lo están, incluido el fotógrafo. 
– ¿Cuáles han sido tus novelas de siempre, las que siempre repites lectura? 
– Capítulos de Don Quijote de Cervantes, Memorias del subsuelo de Dostoyevski, Manhattan Transfer de Dos Passos, Molloy de Beckett, Pedro Páramo de Rulfo, Ragtime de Doctorow, La consagración de la primavera de Carpentier, Rayuela de Cortázar, El otoño del patriar, de Gabito y Ensayo sobre la ceguera de Saramago
– ¿Qué personajes literarios siempre te llenan de nostalgia tus noches de luna llena? 
Molloy, Susana San Juan, el personaje poético de Neruda en Las uvas y el viento, y el niñito de La hojarasca
– ¿A qué poetas siempre recuerdas cuando te tomas una copa de vino? 
– Por lo general, levanto mi copa (pocón de vino, más de vodka o aguardiente sin azúcar), por poetas que he conocido personalmente: Neruda, Alberti, De Greiff, Jorge Zalamea, Luis Vidales, Jorge Enrique Adoum, Marcos Ana, Roberto Fernández Retamar, Evgueni Evtushenko, Marcos Silber y Luis García Montero, entre otros. 
– ¿Cuando te “chuzan” el teléfono crees que es una musa o un atrevido que no quiere oír tus versos? 
– Antes me chuzaban los sapos; ahora sólo las musas eróticas y algunos acreedores. 
– ¿En qué momento te sientes más poeta y cuáles más novelista? 
– Cuando escribo novela me siento poeta por los cuatro costados. Cuando escribo poesía siento que cancaneo, que cojeo, que balbuceo… 
– ¿Con qué cualidades defines a un amigo perfecto? 
– Con cada una de las letras que componen el nombre y el apellido de Luis Fayad
– ¿Un “Ex” debe ser cauto con sus palabras y un poeta abierto con sus versos? 
– Ambos deben ser lo que tú dices, pero uno y otros tenemos a veces la virtud de la desmesura o de la imprudencia. 
– Como poeta ¿qué es lo que más te duele de Colombia? 
– Su eterna polarización. Su capacidad de odiar. Su intolerancia. Eso nos perdió hace más de doscientos años. Debería reencarnar don Antonio Nariño y quedarse para siempre gobernándonos. Pero él sería el primero en rehusarlo. 
– ¡Dale! ¡Ánimo! Recomiéndanos un par de novelas… 
El vuelo del gato del cubano Abel Prieto y Acoso textual del ecuatoriano Raúl Vallejo. ¡Ah!, y la próxima de Fanny Buitrago


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