Tomado del Blog de Isaías
Peña Gutiérrez/Colombia. El sábado 22 de abril
de 1922, en Sogamoso, José Eustasio Rivera comenzó a escribir La
Vorágine. En septiembre de 1922 viajó a la frontera como secretario
jurídico de la Comisión Demarcadora de Límites con Venezuela, y en la población
de Yavita, hacia febrero de 1923, ya escribía la tercera parte de la novela.
Dos años después de haberla comenzado –siempre le gustaron esas simetrías a
Rivera-, en Neiva, el 21 de abril de 1924, terminó, en familia, la primera
versión de La Vorágine. Cuatro meses más tarde, el 28 de agosto de
1924, se publicó un aviso en la prensa en el que se anunciaba la aparición de
la novela para un mes después. Pero Rivera demoró la publicación tres meses más
debido a las correcciones que le hacía y porque quiso que apareciera en
librerías el día del cumpleaños de doña Catalina Salas, su madre, el 24 de
noviembre de 1924.
Peña Gutiérrez/Colombia. El sábado 22 de abril
de 1922, en Sogamoso, José Eustasio Rivera comenzó a escribir La
Vorágine. En septiembre de 1922 viajó a la frontera como secretario
jurídico de la Comisión Demarcadora de Límites con Venezuela, y en la población
de Yavita, hacia febrero de 1923, ya escribía la tercera parte de la novela.
Dos años después de haberla comenzado –siempre le gustaron esas simetrías a
Rivera-, en Neiva, el 21 de abril de 1924, terminó, en familia, la primera
versión de La Vorágine. Cuatro meses más tarde, el 28 de agosto de
1924, se publicó un aviso en la prensa en el que se anunciaba la aparición de
la novela para un mes después. Pero Rivera demoró la publicación tres meses más
debido a las correcciones que le hacía y porque quiso que apareciera en
librerías el día del cumpleaños de doña Catalina Salas, su madre, el 24 de
noviembre de 1924.
Esto significa que en noviembre de 2014 estaremos
celebrando 90 años de la primera edición de La Vorágine. El año
entrante. Mi pregunta es, ¿qué haremos los huilenses, Neiva y el Huila, para
que la fecha no pase sin pena ni gloria y sirva para acrecentar y divulgar los
necesarios estudios sobre un Rivera tan vigente y su obra literaria? Gobernación,
Asamblea, Alcaldía, Banco de la República, Fundación Tierra de Promisión, ya
nos lo dirán. Mientras tanto les cuento algo importante.
celebrando 90 años de la primera edición de La Vorágine. El año
entrante. Mi pregunta es, ¿qué haremos los huilenses, Neiva y el Huila, para
que la fecha no pase sin pena ni gloria y sirva para acrecentar y divulgar los
necesarios estudios sobre un Rivera tan vigente y su obra literaria? Gobernación,
Asamblea, Alcaldía, Banco de la República, Fundación Tierra de Promisión, ya
nos lo dirán. Mientras tanto les cuento algo importante.
Cuando Andrea Vergara, mi ex alumna en el Taller de
Escritores de la Universidad Central, terminaba en 2012 su maestría de
literatura en la Universidad de los Andes, supe que había cursado con el
profesor Hugo Ramírez la asignatura “Ecdótica y crítica textual”. La ecdótica
(de “edición” en griego) es la ciencia que nos blinda contra la “corrupción” de
los textos originales. De allí surgen las famosas ediciones críticas. Entonces,
le insinué a Andrea que ya era hora de preparar, con herramientas modernas, una
nueva edición crítica de La Vorágine. Y ella lo hizo con la segunda
parte de la novela. Un año después ella ganó la convocatoria de
investigaciones, con el mismo tema, en la Universidad Central. Esta nueva
edición crítica, que estaría lista para noviembre del año entrante, compara
estas variantes: el manuscrito que reposa en la Biblioteca Nacional, ediciones
1ª. 2ª. 4ª. y 5ª. las ediciones de Luis Carlos Herrera (Caja Agraria, y la de
2009, plagada de errores editoriales), Juan Loveluck (Ayacucho), y Monserrat
Ordóñez (Cátedra). Se le suman los criterios y herramientas de la actual
crítica textual. Será una verdadera joya –si encontramos editor- para los
lectores curiosos y, por fin, tendremos –sin “corrupciones”- la novela que
escribió y quiso nuestro amado José Eustasio.
Escritores de la Universidad Central, terminaba en 2012 su maestría de
literatura en la Universidad de los Andes, supe que había cursado con el
profesor Hugo Ramírez la asignatura “Ecdótica y crítica textual”. La ecdótica
(de “edición” en griego) es la ciencia que nos blinda contra la “corrupción” de
los textos originales. De allí surgen las famosas ediciones críticas. Entonces,
le insinué a Andrea que ya era hora de preparar, con herramientas modernas, una
nueva edición crítica de La Vorágine. Y ella lo hizo con la segunda
parte de la novela. Un año después ella ganó la convocatoria de
investigaciones, con el mismo tema, en la Universidad Central. Esta nueva
edición crítica, que estaría lista para noviembre del año entrante, compara
estas variantes: el manuscrito que reposa en la Biblioteca Nacional, ediciones
1ª. 2ª. 4ª. y 5ª. las ediciones de Luis Carlos Herrera (Caja Agraria, y la de
2009, plagada de errores editoriales), Juan Loveluck (Ayacucho), y Monserrat
Ordóñez (Cátedra). Se le suman los criterios y herramientas de la actual
crítica textual. Será una verdadera joya –si encontramos editor- para los
lectores curiosos y, por fin, tendremos –sin “corrupciones”- la novela que
escribió y quiso nuestro amado José Eustasio.