De Alfonso Lobo A.

Temores y aspirinas

“El temor es el
recuerdo del dolor y el recuerdo del dolor genera sufrimiento. “El deseo es el
recuerdo del placer”. Deseamos repetir los buenos momentos del ayer porque
fueron placenteros, pero no queremos repetir los momentos de sufrimiento.
Dolor y sufrimiento
son dos aspectos psicosomáticos diferentes en la experiencia humana.
Identificamos el dolor como dolor porque tenemos un recuerdo del placer y lo
comparamos. Si piensas en los momentos difíciles por los que has pasado y
piensas que se pueden volver a repetir te causan temor y sufrimiento.
Sufrimiento como contradicción mental.
Dolor y sufrimiento
son experiencias psicosomáticas que generan resultados diferentes en el
cuerpo-mente; así el dolor se refiere a lo corporal, dolencias físicas, a lo
visceral del cuerpo; por ejemplo, vemos que es usual que la gente diga “me
duele la cabeza”. Un dolor de cabeza se puede quitar tomando aspirinas, un
“dolor de cuello” se puede superar con un buen masaje, un “dolor de estómago”
se puede aliviar con algún buen remedio, pero las aspirinas no eliminan “los
dolores del alma”, como la pérdida de un ser querido: ni “los resentimientos”
causados por las injusticias de los demás: las aspirinas tampoco reducen las
angustias, ni disminuyen las preocupaciones, ni alejan los temores ni acaban
con las falsas expectativas., tampoco sirven para “el dolor de celos”, ni la
rabia, ni la frustración ni los miedos. Nadie supera temores o enfermedades de
tipo psicológico como “la infelicidad”, tomando aspirinas
El temor a que se
repitan eventos dolorosos de un ayer desagradable causa miedo, angustia, y
temor y de aquí se pasa al sufrimiento; el sufrimiento como experiencia mental
(¿Porqué, porqué, porqué…?)  Las experiencias
desagradables están asociadas al sufrimiento.
El karma, bueno o
malo, no se repite en la misma vida, por lo menos. No existen dos karmas
iguales en la misma persona. Nadie sufre dos veces igualitas la misma
experiencia de sufrimiento, de dolor o de placer. Lo que mortifica o llena de
temor a la persona es el recuerdo del dolor que genera miedo en el presente.
Nadie sufre un evento “x” y al paso de los años se repite como otra vez el
mismo evento “x”. No hay dos cosas exactamente iguales en esta vida, ni dos
hojas del mismo árbol ni dos cabellos de la misma cabeza. Y esto es así porque,
“El cambio” es una constante cósmica. Todo, desde un átomo hasta una galaxia, a
cada instante, está cambiando.
La repuesta a esta
situación del temor y el miedo, dice el maestro, es ser consciente del miedo.
Ser intensamente consiente del miedo es darse cuenta de que tú eres el miedo,
y, por lo tanto es imposible de escapar, como también es imposible escapar de
la vejez. Evidentemente, evitas nombrar, definir y comparar, cada experiencia
se convierte en una nueva experiencia. Entonces cesa el conflicto entre el
experimentador y la experiencia porque no hay resistencia.
La experiencia de la
mayoría de la gente es que cuando cesan la tensión y la resistencia, el dolor se
hace manejable. No te opongas a una gran fuerza, deja que se debilite. A veces
el dolor desaparece completamente cuando hay relajación y aceptación total del
evento.

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