No. 7104, Bogotá, Martes 23 de Junio del 2015
Literatura de santandereanos
Nora enviada por Antonio Acevedo L.
La noticia de que el renombrado premio literario Rómulo Gallegos fue otorgado al escritor santandereano Pablo Montoya Campuzano por su novela Tríptico de la infamia, causó revuelo en los medios de comunicación y en los círculos culturales.
Más allá del regocijo que produce en Santander el merecido reconocimiento a la obra y labor en las letras de un disciplinado intelectual nacido en Barrancabermeja, debe resaltarse que deja qué desear la forma en que fue presentado el hecho por la prensa bogotana al considerar que se le adjudicó el premio a un escritor casi desconocido; esa es otra muestra de esa añosa idea de algunos círculos capitalinos de que lo que no pase por su tamiz, no existe.
Pero las cosas son distintas.
Pablo Montoya Campuzano, al igual que decenas de personas nacidas en Santander, disciplinadamente hacen presencia en la cultura no produciendo ruido social sino trabajando con dedicación en novelas, cuentos, ensayos, poesía, investigaciones históricas y culturales, produciendo música, artes plásticas.
Debe destacarse que los santandereanos estamos orgullosos de que tres de nuestros más destacados exponentes en las letras contemporáneas sean intelectuales nacidos en Barrancabermeja en los años 60 del siglo XX: Pablo Montoya Campuzano (1963), Enrique Serrano López (1960) y Nahum Montt (1967).
Pablo Montoya es ejemplo de disciplina y dedicación a la cultura. Este docente universitario es músico, ensayista, poeta, cuentista y novelista, tiene más de 10 libros publicados en las últimas décadas. Por eso es justo que un galardón como el Rómulo Gallegos reconozca su obra.
Santandereanos nacidos entre los años 40y 80 del siglo XX que hacen e hicieron literatura y cultura no son pocos. Unos, desafortunadamente, fallecidos como Silvia Galvis y Aída Martínez, otros produciendo como Yolanda Reyes, Andrea Cote, Gonzalo España, Lucía Cristina Ardila, Triunfo Arciniegas, Armando Martínez Garnica, Eduardo Durán, Joaquín Bretón, Antonio Acevedo Linares, Yirama Castaño, para citar solo algunos de una edificante lista que no es corta. De ellos, muchos publican obras por su cuenta y riesgo, otros tienen obra inédita, pero todos merecen ser enaltecidos.
En Santander la cultura ha tomado vuelo. Las actividades de la Casa del Libro Total, del teatro Corfescu, de quienes hacen teatro, artes plásticas, los cuenteros, festivales como el de Abrapalabra, el Festivalito Ruitoqueño de Música y muchos otros eventos demuestran que la región está culturalmente viva.