Razones para vivir en Colombia

Tomado de Primicia Diario/ Bogotá.

Por los lunes festivos.

Por la tienda de la esquina y las ñapas.

Por cantar Tutaina Tuturumaina en Navidad.

Por los chitos, la Colombiana, el Tamarindo Lux para el guayabo.

Y los jugos en agua. ¡O en leche!

Por el pan con salchichón adentro. Con gaseosa.

Por el olor a tierra caliente cuando se viaja por carretera.

Por el Mirador de las Palmas. Por Monserrate. Por el Castillo la Popa. Por los Termales de Santa Rosa.

Por los paseos de olla.

Por el sancocho hasta en el Amazonas. ¡Por el ajiaco boyacacuno!

Por el Divino Niño y la Virgen del Carmen. Por el Milagroso de Buga. Por la Virgen del Jordán.

Por el Tamal. Por todos los tamales. ¡Con una, con dos o con tres carnes!

Por los algodones rosados con azúcar.

Por el equipito del alma…tu tu tuuu

Por el patacón verde y por el plátano maduro.

Por el mercado de las pulgas, los buñuelos y la arepita con queso.

Por la fritanga. Para una, para dos o para cinco personas.

Por las empanaditas de pipián

Por el “se acabó el año”, cuando aún vamos en Julio.

Por oír “Cambio botella papel” o por escuchar al psicólogo de los pobres: “Se arregla la de presión”…

Por el bocadillo con queso.

Por la arepa’ e huevo.

Por las fresas con crema.

Por el rebuscador que en el bus te dice: “Esta bolsita de maní tiene un costo u valor de 300 pesos. Para mayor economía, puede oler la bolsita sin compromiso”.

Por una siesta en hamaca.

Por el Manimoto y el Bom Bom Bum.

Por la papa salá, la carne asá y el ají pique.

Por el aguacate, la uchuva, el mamoncillo, la sandía, la guama…

Por el mango biche, el chontaduro con miel, la mazamorra con panelita de coco.

Por Rin Rin Renacuajo que salió esta mañana muy tieso y muy majo…

Por el guaro con agua de pasante y una coquita con ensalada en la mesa.

Porque siempre habrá alguien que le ayude a encontrar una dirección y se despedirá con una sonrisa.

Por el copito de nieve o raspao de pueblo, con lechera.

Por Cartagena.

Por el Boletín del Consumidor y el Minuto de Dios (“En tus manos colocamos este día que ya paso y la noche que llega”).

Por pagar promesas en Girardot o en Buga.

Por Sábados Felices.

Por las frunas y por las bananas con sabor a anís.

Por las milhojas y los pandeyucas.

Por las lenguas y la torta borracha.

Por las chocolatinas Jet y sus laminitas.

Por la ciclo vía de los domingos.

Por la mazorca con mantequilla y sal.

Por las tías cariñosas.

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